Los discursos políticos de este 16N tomaron a Bolivia como ejemplo. Cada sector lo interpretó a su conveniencia.
Mientras Juan Guaidó destacó que la clave en ese país fue que los opositores se mantuvieron en la calle, Diosdado Cabello aseguró que en Venezuela las fuerzas revolucionarias están listas para enfrentar un golpe de Estado.
Desde el jueves Guaidó puso en el tapete la «protesta sostenida», lo cual confirmó este sábado al convocar nuevas manifestaciones para el 18 y 21 de noviembre. Aseguró que el «chavismo se quedó sin respaldo».
Cabello en cambio sentenció que quienes crean que aquí pueden hacer lo mismo que en Bolivia, «no le vamos a dar ese chance (…) responderemos de manera inmediata», afirmación que coincide con el pronunciamiento del Alto Mando Militar, en la víspera de la jornada.
A todas estas, en esa nación continúan las movilizaciones de los indígenas y las acciones policiales en su contra han sido consideradas como «desproporcionadas» por la CIDH, que calificó como «masacre» las muertes registradas en Cochabamba.
Por cierto, que este sábado el número de muertos ascendió a nueve, y hay centenas de detenidos y decenas de heridos, según los reportes de la prensa internacional.
Esos mismos reportes hablan de otro enfrentamiento: el del gobierno interino con el partido de Evo que retomó el control del Senado. La situación es tal que hasta se asoma la posibilidad de que Morales regrese.
¿La protesta sostenida dará resultado? ¿En Venezuela podría ocurrir lo que en Bolivia?