Este 16 de noviembre la oposición mayoritaria de Venezuela vuelve a las calles del país en un clima bastante expectante, debido a las recientes experiencias vividas en otros países de Sudamérica.
Sin embargo, analistas políticos connsideran que la movilización de este sábado es un medidor del poder de convocatoria y credibilidad de esa oposición liderada por Juan Guaidó.
El politólogo Reinaldo Rivas asevera que la oposición radical se juega sus últimos cartuchos, haciendo referencia a las últimas acciones de calle promovidas desde lo más alto de la Asamblea Nacional, donde el planteamiento del cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libre no ha obtenido los resultados esperados.
Considera que para algunos seguidores de la oposición “el 16-N, es una fecha más”, aunque agrega que la situación reciente de Bolivia puede generar un estimulo en la población descontenta.
Otro análisis que hace Rivas es que según los sondeos de opinión, Guaidó aún sigue siendo el líder de referencia de la oposición, por encima de otros sectores, con más del 54%.
Aunque reconoce que la movilización del 16N puede convertirse en un ‘oxigenante’ para la administración de Nicolás Maduro, que hoy se encuentra más sólido que en el mes de enero.
Apunta que si el escenario de mañana no deja ningún resultado para ese sector de la oposición, sus planteamientos deberían ser reestructurados y llevar a Guaidó a buscar otras alternativas, como la vía electoral o sentarse a negociar.
En algunos de estos planteamientos coincide el también politólogo Doriam González, quien reitera que la concentración de este sábado 16-N es un ‘termómetro’, del poder de convocatoria de Guaidó.
También hace referencia lo ocurrido fuera de Venezuela, donde en cada uno de esos países el miedo y la rabia fueron factores determinantes para generar cambios políticos.
“Situación que se vive en Venezuela, donde existe el miedo y la rabia, pero que en la mayoría de las veces es una rabia contenida, que se puede convertir en explosiva”.
No obstante González aclara que el evento de mañana “no es el borde del precipicio”, pero sí deja otras lecturas como por ejemplo las últimas declaraciones de Nicolás Maduro, quien militariza las ciudades, lo cual podría interpretarse como miedo.
Por Anderson Piña Pereira
Foto: Cortesía