Venezuela se encuentra retrasada en el cumplimiento de sus cuotas de producción petrolera, pero también lo está en las acciones para honrar sus compromisos de disminuir las emisiones de los gases responsables del cambio climático. Esto se evidencia en las impresionantes llamas en los mechurrios de Pdvsa, por donde se expulsan al ambiente millones de toneladas de dióxido de carbono cada año. Analistas sostienen que con el plan de siembra petrolera que impulsa la producción de crudo pesado, ubicó a la estatal en los primeros lugares de las petr0leras más contaminantes del mundo.
La misma ineficiencia que causó una severa caída en la producción petrolera está ocasionando serios daños y pasivos ambientales en Venezuela. Expertos afirman que además se están destruyendo los recursos petrolíferos de un país que requiere de grandes inversiones para salir de la crisis económica que atraviesa.
La industria venezolana de los hidrocarburos presenta desde hace varios años una serie de problemas operativos debido a la falta de mantenimiento e inversión de sus instalaciones. Esta situación ha ocasionado desde derrames de crudo en tierra y mar —perjudicando áreas agrícolas y pesqueras— hasta la expulsión a la atmósfera de grandes volúmenes de gases contaminantes, como el dióxido de carbono (CO2) y metano, que afectan al clima, el aire que se respira, los suelos y finalmente a la salud de muchos venezolanos.
Venezuela ha firmado acuerdos internacionales en los cuales se compromete a disminuir los gases contaminantes causantes del cambio climático o del efecto invernadero. Aunque los plazos para cumplir las metas de disminución de las emisiones se encuentran entre 20 a 30 años, aún las autoridades no están preparadas para ejecutar los planes necesarios para hacer frente a dicho reto.
En este sentido, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) —que ya lleva en sus espaldas una serie de acreencias financieras y laborales que saldar— tiene una deuda muy importante en el corto plazo: la ambiental.
Foto: Pdvsa