Aguas negras corren por la calle 32 entre carreras 22 y 23 de Barquisimeto y se han convertido en un “dolor de cabeza” de comerciantes, trabajadores y usuarios de la céntrica calle comercial.
Es un problema de larga data, pero la situación ha empeorado en las últimas dos semanas afirman los afectados.
El comerciante Miguel Toyo aseguró que en distintas oportunidades han reportado la situación a Hidrolara y ha respondido que no tiene presupuesto. Pero sí cobran 15 dólares por la tarifa de agua.
Aseguró que anteriormente, cuando se han derramado las aguas servidas han sido los comerciantes quienes han resuelto colocando tubos externos que semejan reductores de velocidad.
El colector colapsó, prácticamente no existe según técnicos de Hidrolara que vinieron una vez y excavaron. El un trabajo muy costoso y es cuesta arriba que los comerciantes asumamos el gasto, manifestó.
José Pérez quien trabaja haciendo fletes en carretillas dijo que el hedor a cloacas le causa dolor de cabeza. “Al mediodía cuando el sol es más fuerte es insoportable el mal olor”
Además los zapatos se dañan así como las ruedas de la carretilla. Teme que se le infecten los pies.
Oscar Hernandez se dedica al mismo oficio y prefiere caminar más y dar la vuelta por la calle 33, porque traslada comida y puede contaminarse.
Héctor Landinez, vendedor ambulante de tortas, criticó la tardanza de la empresa hidrológica para solucionar un problema que afecta a tantas personas.