La política de cero Covid-19 de China amenaza con hacer descarrilar los objetivos de progreso económico de la nación asiática, lastrado por los problemas en las cadenas de suministro, los retrasos en los puertos y el confinamiento de Shanghái, indicaron analistas quienes ven todos estos factores como una alarma.
El crecimiento en la segunda economía mundial se ralentizó en el segundo trimestre de 2021 por los problemas del mercado de los gigantes inmobiliarios y los controles regulatorios en ciertos sectores, lo que llevó a los dirigentes a establecer para 2022 un progreso del 5,5 % del Producto Interior Bruto, el objetivo más bajo en décadas, lo que muestra sus incidencias en los actuales momentos y más aún con los rebrotes del virus.
Expertos de doce instituciones financieras estimaron una media de crecimiento del 5 % para todo el año y del 4,3 % en el primer trimestre, ligeramente por encima del 4 % registrado en el trimestre anterior.
Los datos oficiales para los tres primeros meses serán publicados el lunes 18 de abril, donde se vislumbra un panorama no muy alentador.
«La economía de China vivió un buen inicio en enero y febrero con menos limitaciones energéticas, una recuperación de la demanda interna con buen consumo de las diferentes clases de energía… estímulos fiscales y unas exportaciones resilientes», explica Gene Ma, director de investigación en China para el Instituto de Finanzas Internacionales.
Pero el aumento de contagios de coronavirus durante el mes de marzo y lo que va de abril que vienen acompañados por nuevos confinamientos decretados «han perturbado severamente las cadenas de suministro, consumo y las actividades industriales», añade Gene Ma.
Fuente: El Universal
Foto: AP