Algunos son multimillonarios que han financiado campañas republicanas y acceden a congresistas conservadores con un simple llamado de teléfono. Otros tienen dificultades para conseguir empleados en el sector agrícola, en el campo de la construcción o el área de la tecnología.
Son cientos de empresarios de diferentes rincones de los Estados Unidos que han levantado su voz para presionar a los congresistas conservadores renuentes a embarcarse en una reforma migratoria.
En su gran mayoría no apoyan que se produzca una apertura fronteriza ni una amnistía para los casi 11 millones de inmigrantes que viven ilegalmente en Estados Unidos, pero sí cambios en leyes de inmigración que llevan décadas sin ser actualizadas. Su principal objetivo: que se aprueben normativas que den un estatus legal y permitan trabajar a millones de extranjeros que viven en la nación norteamericana sin autorización, y que faciliten el ingreso con visas a inmigrantes capacitados o dispuestos a hacer tareas que los residentes locales no quieren realizar.
“Si podemos darle un camino a la legalización a aquellos que están sin documentos, nuestra fuerza de trabajo va a crecer, y va a crecer la productividad de nuestros empleados”, expresó a The Associated Press Woody Hunt, un empresario texano multimillonario de la construcción y el sector financiero que por años ha contribuido con fondos a las campañas republicanas y se ha convertido en uno de los líderes empresariales que presionan a legisladores conservadores. /JU
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