Sacerdotes, familiares y feligreses de las arquidiócesis de Maracaibo y Cabimas, del estado Zulia se unieron en la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá para despedir a monseñor Roberto Lückert, luego de su velación en la parroquia El Sagrario (Catedral). La Alcaldía decretó tres días de duelo.
En la mañana de este lunes, en procesión, los Servidores de María cargaron en sus hombros el féretro con los restos mortales de Monseñor desde la Catedral hasta la Basílica, siguiendo toda la «Calle Derecha». El recorrido fue guiado por el María Móvil, que cargaba en sí la réplica de La Chinita mientras la banda Rafael Urdaneta amenizada la caminata, reseña Versión Final.
Tras 40 minutos de procesión, el féretro fue recibido en la Basílica por los sacerdotes de Maracaibo y Cabimas. El arzobispo José Luis Azuaje, el rector del Santuario Chiquinquireño, Nedward Andrade, el rector de la Unica, Eduardo Ortigoza, el presbítero Edgar Doria y otros reconocidos sacerdotes.
Eucaristía comenzó con los mensajes de la Santa Sede y de monseñor Edgar Parra, sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede; este último recordó que el padre Lückert fue quien lo acompañó en los inicios de su camino vocacional y quien lo presentó al Seminario para comenzar su camino como sacerdote.
Desde el Vaticano «el Santo Padre expresa su profundo sentimiento de pesar a la comunidad eclesial de la que ha sido guía, en particular a su arzobispo monseñor Víctor Hugo Basabe, al clero, comunidades religiosas y fieles, así como también a su familia y a cuantos participan en el rito exequial.
El Papa Francisco ofrece sufragios por el eterno descanso de su alma y a la vez lo encomienda a la protección de Nuestra Señora de Chiquinquirá e imparte con afecto a cuantos lloran tan sensible pérdida la confortadora bendición apostólica como símbolo de fe y esperanza en Cristo Resucitado», expresó el mensajero del Sumo Pontífice.
Luego se ofició la misa, durante la cual el arzobispo José Luis Azuaje destacó las virtudes de monseñor Lückert quien «asumió con entereza la responsabilidad de ser cristiano con el pueblo y de ser un buen pastor para el pueblo, invocando a San Agustín. Al ser cristiano compartió la fe en el Resucitado, centró su vida en Cristo, pero un Cristo vivido con alegría, con inteligente humor, que refrescaba la noche oscura que cada uno tenemos en nuestra vida».
Los Servidores de María cargaron en sus hombros el féretro con el cuerpo de monseñor hasta el carro fúnebre, que se encontraba al frente del templo zuliano, estacionado en la Plazoleta. que lo llevaría a la parroquia La Asunción, ubicada en Los Haticos.
Laura Lückert, sobrina de monseñor Roberto, subrayó que monseñor fue «una persona de muchos principios, de siempre defender las cosas aunque no fuesen de él. Entonces esa imagen que quizás toda Venezuela, todo el mundo veía de él, nosotros lo veíamos puertas adentro de la casa y también entendíamos mucho lo que él sufría sobre todo por el país. Creo que nos deja un gran legado de lucha, de seguir insistiendo en que Venezuela en verdad sea libre, ese era su mayor anhelo», expuso.
Por otro lado, el arzobispo José Luis Azuaje reveló que «una cosa muy bonita, característica de él, era que conocía a la gente con su nombre, con su apellido, con sus apodos, con su sobrenombre y para todos tenía siempre una palabra. Por lo tanto ese sentido humano es fundamental en su vida».
«Ya hoy lo despedimos y pedimos al Señor que le conceda eso que tanto anhelamos todos los cristianos, de estar cerca de él en su Reino», dijo.
AC