La doctora Deyanira Gentile, miembro del Colegio de Médicos del estado Lara, se suma a las voces que ven con preocupación el declarar las motopiruetas como deporte nacional sin un análisis previo de la situación, y pudiera convertirse en «un problema de salud pública».
Ya había preocupación por la gran cantidad de accidentes que involucran a motociclistas y se intensificó a partir del 8 de junio cuando el presidente de la República, Nicolás Maduro expresó que se tenía que acabar con la discriminación y con cualquier forma de maltrato de las motopiruetas y las declaró deporte nacional.
En palabra Gentile, esa decisión obedece más a razones populistas y no a un verdadero análisis de la medida. Se teme que personas de manera improvisada, sin ninguna preparación se sume a la riesgosa práctica. De hecho, lo hemos visto, acotó.
Si a ello se suma, que los hospitales no cuentan con dotación de medicamentos e insumos suficientes eso se convertirá en un problema de salud pública. La mayoría de lesionados que llegan a la sala de emergencias son por accidentes de tránsito que involucran a motorizados por inobservancia de las reglas al conducir.
Insistió –la galena- en que aumentará la morbilidad, el requerimiento de camas de hospitalización e insumos así como de profesionales para atenderlo, “es lo que vemos con preocupación”, además las consecuencias sociales y económicas son innumerables.
No existe un reglamento
El director del Observatorio Venezolano de Seguridad Vial, Luis Cedeño, coincide con la doctora Gentile- al considerar que la decisión del mandatario nacional fue “espontánea” y no “calculada”, en medio de un acto de precampaña electoral y en respuesta a lo sucedido semanas atrás, cuando un adolescente de 17 años fue asesinado por funcionarios policiales quien intentaban detenerlo por hacer piruetas en la vía pública, declaró a Tal Cual.
Un anuncio de esa envergadura requiere una planificación de políticas públicas que acompañen ese decreto.” Porque entonces, como ha ocurrido en estos últimos días, tienes a gente haciendo piruetas, que pudieran argumentar que Maduro dijo que ya era un deporte nacional”, expresa.
Asimismo, resaltó la necesidad de iniciar con prontitud una campaña de educación con el objetivo de explicarle a la gente el alcance de la decisión del Ejecutivo.
Por otro lado, luego de una semana del anuncio presidencial, aún no existe un reglamento que regule la práctica de motopiruetas -además- “damnificada”, ya que a excepción del Poliedro de Caracas tampoco información sobre cuándo podrían estar listos los espacios en el interior del país,
Advierte que la falta de claridad puede generar anarquía y aumento de la letalidad. De igual manera, la falta de políticas a la par de esta medida deja al sector al margen de la ley.
Limitaciones legales
Cedeño explica que la actividad tiene unas limitaciones de acuerdo a con la Ley de Transporte Terrestre -en el artículo 169- establece sanciones para quienes conduzcan vehículos realizando maniobras prohibidas por el reglamento de ley. Las multas para los infractores son de 10 unidades tributarias. Mientras que el artículo 179, en tanto, establece una suspensión por seis meses de la licencia a quienes frente al volante pongan en peligro la seguridad del tránsito.
Las autoridades deben ser cuidadosas. Entiendo que quieran promover una expresión popular, pero eso tiene que ir acompañado de una política pública”, advierte Cedeño.
La decisión de Maduro se contrapone a algunas normas. En varias regiones están prohibidas las motopiruetas. En el estado Carabobo, por ejemplo, la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) emitió en 2023 una circular firmada por el comandante Luis Bustamante Pernia en la que señala la prohibición de eventos de motopiruetas, dice Cedeño.
El 13 de junio, Gilberto Vásquez, director municipal de Seguridad Ciudadana de Cabimas, en el estado Zulia, declaró que no se permitirá bajo ningún concepto el motopiruetismo en la ciudad, ya que esto va en contra de las leyes de tránsito. El funcionario recordó que aquellas personas que lo hagan serán detenidas, se les retendrá la unidad y serán pasados a los tribunales correspondientes.
A su juicio, “no se tiene por qué decir que las ‘motopiruetas’ no son un deporte, porque sí podrían ser, siempre que pasen por todas las evaluaciones que requiere una disciplina antes de declararse su legalidad”. Si bien es cierto, ahora la práctica como tal no es ilegal, Cedeño enfatiza que es importante que se deje claro que es una práctica permisible, pero no en los espacios públicos.
Agrega que lo que sucede actualmente es similar a lo ocurrido en el pasado con los llamados “piques” de carros, cuando a altas horas de la noche la gente corría sus vehículos en las autopistas de las ciudades. “Eso era una actividad de alto riesgo, también ilegal”, sostiene.
En este sentido, considera necesario que en el tema de las “motopiruetas” se consolide una organización y se busquen espacios adecuados, como ocurrió con las carreras de carro y la creación de los autódromos.