Con el hallazgo de otros 12 cadáveres este lunes 17 de julio, subió a 403 la cifra de muertes confirmadas como consecuencia del ayuno colectivo de una secta en Kenia, “para encontrarse con Jesucristo”, todo ello de acuerdo con lo informado por la comisionada regional de la policía de la zona, Rhoda Onyancha, quien, además, mantuvo en 95 la cifra de rescatados con vida.
«Nuestro equipo médico-legal pudo exhumar 12 cuerpos hoy», declaró Onyancha.
Las autoridades esperan que el balance de la llamada «masacre de Shakahola”, por el bosque donde ocurrieron los hechos, aumente, pues sigue la búsqueda de más fosas comunes en una amplia zona de las costas kenianas, cerca de tres meses después del descubrimiento de las primeras víctimas.
Casi todos los cadáveres han sido exhumados en ese bosque, de más de 320 hectáreas, mientras sólo unos pocos murieron en el hospital después de ser rescatados por la gravedad de su estado. Asimismo, 613 personas han sido reportadas como desaparecidas hasta el momento, y se han recogido cerca de 260 muestras de ADN de posibles familiares para averiguar la identidad de los muertos.
Inanición y estrangulamiento
La policía considera que la mayoría de los cuerpos exhumados son de adeptos a la Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church), creada por el pastor autoproclamado Paul Nthenge Mackenzie, quien abogaba por ayunar hasta la muerte para «encontrarse con Jesús». Este ex chofer de taxi está detenido desde el 14 de abril pasado y será procesado, entre otras cosas, por «terrorismo».
Otras 16 personas son acusadas de pertenecer a un grupo de hombres encargados de velar para que ningún adepto cesara el ayuno o escapara del bosque, situado cerca de la ciudad costera de Malindi.
El pasado 27 de junio, el patólogo jefe del gobierno, Johansen Oduor, indicó que, de los 338 cuerpos examinados hasta esa fecha, 117 eran de menores y 201 de adultos, mientras que 20 se encontraban en un estado de descomposición demasiado avanzado para determinar la edad. Las autopsias también evidenciaron que, si bien todos los cuerpos mostraban signos de inanición (hambre), algunos de ellos, sobre todo de menores, tenían también rastros de estrangulamiento y asfixia.
Fuente: Cactus 24