Rodeado del afecto y amor de su familia, dejó de existir en Barquisimeto el profesor y escritor Otto Acosta, docente de brillante trayectoria, quien en el medio deportivo, recreativo y cultural deja una profunda huella. Fue miembro prominente de la Asociación de Escritores del estado Lara ( Asela) y de la Asociación de Jubilados del Instituto Nacional del Menor ( Inam ) colaborador permanente de El Informador.
Por años – hasta su jubilación- prestó servicios en el entonces Consejo Venezolano del Niño ( CVN- hoy día INAM), concretamente en el parque de recreación dirigida Dr. Luis María Castillo, ubicado en la calle 51 entre la carrera 19 y avenida Pedro León Torres. Posteriormente iría- prestado- a una unidad en Trujillo para retornar luego a Barquisimeto.
Se distinguió Otto por su don de gente, su sapiencia y sentido de colaboración. Así en el parque LMC tuvo a su cargo recibir a niños y jóvenes, entre estudiantes y otros de l calle para orientarlos en la sana práctica deportiva. La natación, baloncesto, voleibol y béisbol, eran las principales disciplinas en la institución, aparte del salón de lectura y manualidades.
Organizador y animador de los diversos torneos, tuvo oportunidad de escribir y publicar en cartelera interna del LMC así como en diversos medios sus crónicas, especialmente el béisbol menor. Formó parte de un grupo de dirigentes que consolidaron el béisbol menor en nuestra región, al lado de Jesús Pernalete Rivero, Daniel “ Chino “ Canónico y su esposa Martha, Silvino Meléndez, Saúl Mogollón entre otros.
No quedó allí su inquietud y abrazó la escritura tras leer día a día artículos de opinión de conocidos periodistas larenses.
Esa pasión como comunicador social le llevó a convertirse en escritor y así publicó diversos libros sobre aspectos de Barquisimeto, el deporte en Lara, sus protagonistas en diferentes épocas y disciplinas, dirigentes, instituciones, colaboradores.
Otto acosta, nativo de de Aguada Grande, municipio Urdaneta, llegó a Barquisimeto para hacer realidad sus sueños que fueron realidad con el transcurrir el tiempo, ni solo como docente, orientador, organizador, sino como cronista deportivo y escritor, donde deja una huella imborrable con sus entregas, donde se incluye una edición sobre la historia del Colegio de Ingenieros del estado Lara y Venezuela.
Sus restos son velados en la funeraria Cecosesola y en la tarde de este jueves en hombros de sus familiares, amigos y tantos alumnos que recibieron sus consejos y enseñanzas serán llevados hasta su última morada.
Desde El Informador vaya nuestra palabra de condolencia a su amada esposa Belkys, a su hijas Andrea Cecilia, Beatriz Elena, Mary Cristina y Belkys Marina Acosta Tedesco, nietos, hermanos, sobrinos. Paz a sus restos y que la tierra le sea leve al amigo.
Lázaro Aranguren
Fotos: El Informador