Este viernes 18 de febrero, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lamentó el suceso ocurrido en la ciudad de Petrópolis, al este de Río de Janeiro, y que ha dejado al menos 120 personas muertas, mientras decenas continúan desaparecidas.
En este sentido, dijo que la catástrofe “es realmente grande» en la ciudad. «Lo lamentamos y pedimos a Dios que reconforte a todos los familiares. Haremos todo lo posible para minimizar el sufrimiento del pueblo brasileño».
El mandatario, que acaba de regresar de un viaje oficial que le llevó a Rusia y Hungría, sobrevoló este viernes en helicóptero las zonas afectadas por el destructivo temporal que ha azotado los últimos días a la antigua «ciudad imperial».
Le acompañan varios de los ministros del Gobierno, entre ellos el de Defensa, el general Walter Braga Netto, quien informó que unos 820 miembros de las Fuerzas Armadas están desplegados en la región para ayudar a las víctimas.
Por su parte, el alcalde de Petrópolis, Rubens Bomtempo, subrayó que aún continúan las búsquedas por más víctimas, «que todavía son muchas», y que están trabajando para recuperar cierto grado de normalidad en el municipio.
Manifestó que entre las prioridades está «garantizar el retorno de la energía eléctrica, la recogida de basuras y el acceso de transporte».