Salsa Escrita | por Carlos A. Colmenárez O. < El Informador Venezuela
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Salsa Escrita | por Carlos A. Colmenárez O.

Es catalogado como uno de los soneros con mayor jerarquía que ha dado Venezuela para el mundo, y considerado una leyenda viviente de la música afrocaribeña por su extensa, exitosa y extraordinaria trayectoria durante muchísimos años.

Para “Salsa Escrita”, es un gran honor tener como invitado especial en esta oportunidad a Orlando José Castillo (“Watussi”), nacido en Marín, Estado Yaracuy, el 23 de marzo de 1949, quien, desde niño, se traslada con sus padres a vivir a la parroquia La Pastora, en  Caracas.

Bienvenido maestro “Watussi” a la columna salsera de Barquisimeto, y esperamos que todos los salsómanos a través de El Informador www.elinformador.com.ve, conozcan parte de su vida.

–Gracias, Carlos, por brindarme la oportunidad en tu leída columna, la cual ya es observada en los cinco continentes y especialmente en el Estado Lara, en toda Venezuela, en Los Ángeles y en Nueva York, y, bueno, actualmente estoy radicado en Milán, Italia, y permíteme decirte que, de Barquisimeto, tengo recuerdos bonitos e imborrables; así que, para mí, es un placer, y un honor al mismo tiempo, estar compartiendo con toda esa gente y de mi país.

Para dar inicio, maestro “Watussi”, ¿cuáles fueron las primeras agrupaciones y orquestas con las cuales formó parte?

–Déjame decirte que me inicié con Los Satélites, y seguí con Federico y su Combo Latino, Porfi Jiménez, Príncipe y su Sexteto, y eso fue súper importante, ya que fueron las orquestas venezolanas con las cuales comencé a formar mi carrera, sobre todo con Los Satélites, Porfi, Federico.

–A todos ellos, les debo sinceramente el presente de mi vida, y por eso no quiero dejarlos por fuera del lote.

Muy bien, maestro, quisiéramos nos hablaras sobre tu trayectoria en Puerto Rico y en los Estados Unidos, con las diversas agrupaciones de las cuales formaste parte.

–Bueno, te digo que salí de Venezuela en 1979 definitivamente porque viajé por primera vez en 1971, musicalmente hablando, y fue mi primera gira internacional a la isla de Santo Domingo, con Los Satélites, y luego regresamos en el 72, y en 1974, fuimos la primera orquesta venezolana que pisó suelo norteamericano en la ciudad de Nueva York, estando en la tarima más importante del mundo en esa época, como lo fue el Madison Square Garden, y la importancia de imponer un hit de salsa musical discográfico en la Gran Manzana, con un tema que grabé llamado “Traicionera”, del maestro Carlos Guerra y grabado con “Los Satélites”, después de esa experiencia, fui fundador de “La Renovación”; de allí, salí a formar parte de “Federico y su Combo Latino”.

–Luego, trabajé con Rafael Cortijo y su Combo en Puerto Rico, en 1977; posteriormente, en 1979, me fui a la isla de Borinquen; ya Cortijo estaba viajando para Nueva York, y, a raíz de que no pude acompañarlo, tuve la suerte de ser solicitado por el maestro Bobby Valentín para que integrara su banda, con él estuve tres meses, pero llegó un momento en que me fui a Nueva York, a raíz de una huelga de músicos puertorriqueños, ya que estaban entrando muchos músicos dominicanos a la isla, y esto trajo como consecuencia de que a Bobby lo criticaran también por tener un cantante venezolano en lugar de un puertorriqueño.

–Más adelante, en Nueva York, me uno nuevamente a Cortijo y Kako Bastar, el cual fue otro maestro en mi carrera, y con él aprendí a conocer esa gran ciudad, y, en ese tiempo, casi todos los cantantes de las orquestas bravas estaban comenzando a hacer sus propios trabajos como solistas, y ahí comienzo a laborar con Joe Cuba y su Sexteto, Eddie Palmieri, Larry Harlow, La Típica 73, hasta que llegué al “Conjunto Libre”.

–Allí estuve como un año y medio, grabé con ellos “El changó de María”, después que había firmado con el sello Fania, lo cual fue un error que cometí, porque Cortijo y Kako me decían que no lo hiciera, ya que tenía a la Fania metida en el cerebro, me apresuré y estuve con ellos un año inactivo prácticamente en la discografía, y eso me costó no haber grabado el último disco con Rafael Cortijo y con otros más.

–Grabé con Fania “Mi rumba y yo”, y les dije que me dejaran tranquilo: me soltaron y entré a la orquesta de “Bobby Rodríguez y su Compañía” durante tres años.

–Grabé allí un álbum buenísimo, incluyendo los temas “María Cristina”, “El Pintor”, “Homenaje a Cortijo”.

–En efecto, Carlos: luego, seguí con Palmieri en 1987, cuando ya había grabado el álbum de “Las Calaveras”, con José Mangual junior, y allí comencé mi carrera como solista.

–Posteriormente, armé mi orquesta en Nueva York, pero, lamentablemente, comenzó a decaer el trabajo por el cierre de locales como El Corso, Casablanca, Copacabana, El Palladium y eso trajo como consecuencia que se trabajara muchísimo menos, pero gracias a Dios, en 1988 tuve la oportunidad de ir a París, invitado por mi compadre Alfredo Cutuflá, en el lugar de Cheo Feliciano, a hacer el baile del 31 de diciembre en el “New Morning”.

Excelente, maestro “Watussi”, y debe haber sido un gran compromiso sustituir en aquel entonces a Cheo. Cuéntanos esta experiencia.

–Si, vale, tuve la fortuna de ocupar su lugar porque él no viajaba en ese tiempo sin su orquesta, y Alfredito Cutuflá me dijo que le consiguiera a Cheo; yo tenía su número telefónico, se lo di y él me dijo que, si Cheo no iba, iría yo, y bueno fue un éxito tremendo con Cutuflá, y eso me abrió las puertas en Europa y específicamente en Italia, donde estaba radicado mi amigo Carlos Ugueto, quien llevó la salsa a ese país.

–Ugueto puso a sonar el primer disco de este género en su programa radial, en su discoteca y a raíz de que se enteró que yo estaba en Francia, me mandó a buscar y me facilitó una gira en Milán, en 1990, ya que, en el 89, estuve en Panamá, cantándole a la hija de mi compadre Roberto “Mano ‘e Piedra” Durán; su fiesta de 15 años, junto con Camilo Azuquita, exactamente el 16 de diciembre de 1989, pero, el 19 de diciembre, se inició la invasión de Panamá y tuve que quedarme allí hasta el 5 de enero, y, bueno, Carlos, voy a Europa y comienzo mi gira por Holanda; luego, Londres, donde hice un show con el maestro Tito Puente, el 30 de diciembre de 1990; allá estuve dos meses en el viejo continente

–Regresé a Nueva York, donde ya estaba yo residenciado, y volví en 1991 a Europa, y fue cuando me quedé definitivamente a vivir acá en la ciudad de Milán con mi familia.

Orlando, ¿cuándo vienes a Venezuela; imaginamos te sentirás muy bien debido a que visitarías tu tierra natal?

–Claro que sí, profesor; cuando voy a mi país, recargo mis baterías, porque no hay un lugar como Venezuela, pase lo que pase, y te digo honestamente: Espero algún día poder estar en Barquisimeto, con ustedes, sobre todo para demostrarles personalmente mi agradecimiento por este gesto de haber dado mi nombre a esa “Peña Salsera Orlando Watussi” a mediados del 2019, siendo ésa la primera vez en Venezuela en darme un honor de ese tamaño; especialmente mi agradecimiento a Dany Castillo y mi familia residente allá, precursores de esa idea, y a todos los músicos de la capital musical de Venezuela, a quienes envío un cordial saludo.

Maestro Watussi, estoy recordando que usted estuvo integrando el “Clan de la Salsa” acá en nuestra ciudad, ¿recuerda eso también?

–Obviamente, mi amigo Carlos; allí estuve con uno de los cantantes más bravos que ha dado Venezuela, mi hermanito Willy Rodríguez, quien lamentablemente ya no está con nosotros. Willy “El Guaro” me atendió en su casa durante unos días, hasta que conseguí mi casa en Barquisimeto; voy a aprovechar esta entrevista, profesor, para agradecer a la familia de Aldemar Barrera, la familia de Honorio, tremendo bajista; a Coromoto, quien fue el motor de ese movimiento; saludos igualmente a Egidio, y para todos esos panas.

–Carlos, quiero saludar especialmente a la gente de la Orquesta Malecón; espero que nos podamos reunir algún día en una tarima y armemos un vacilón, o quizás en la misma Peña.

Orlando, ¿qué nos puedes comentar en relación al maestro Baquedano?

–Santiago Baquedano es uno de los mejores músicos que ha dado Venezuela, y con él estuve trabajando en la isla de Margarita unos cuantos meses; de allí pasé por “La Salsa Mayor”, y luego me fui a Puerto Rico, pero me siento orgulloso de haber compartido con tanta gente valiosa de mi país en mis 50 años de carrera artística.

Y déjame decirte, Carlos, ya para ir finalizando, reiterarte mi felicitación y buenos augurios para que sigas siempre pa’lante con esa labor que realizas con esta columna salsera y tu programa radial, que tiene como propósito apoyar y fomentar el talento musical salsero.

Salsa Escrita | por Carlos A. Colmenárez O.
Foto: cortesía
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