La calle ha convertido una película de ciencia ficción en realidad. Barquisimeto, estado Lara, acata medidas preventivas para combatir la propagación del nuevo coronavirus (COVID-19), pandemia que tiene al mundo en vilo por la cantidad de muertes y la desenfrenada expansión.
Desde que el tapaboca se convirtió en «bandera» de la protección, su demanda se disparó hasta agotarlos o deformar su venta hasta caer en la especulación. Hoy, cuando están escasos, hasta una pañueleta, franelas cortadas y retazos de tela, hacen sus veces.
Los barquisimetanos han optado no solo por usarlo en el transporte, donde su uso es obligatorio, sino caminar con ellos, ir al mercado y manejar con la boca y nariz protegidas.
Eso se ha hecho rutinario, y las cifras de la Secretaría de Salud regional, según las cuales no hay casos confirmados en la región, indican que su uso es determinante y la ciudadanía parece entenderlo.
EL INFORMADOR realizó un recorrido por las calles y fotografió parte de la rutina, la invención de las personas y el cumplimiento con la medida sanitaria.
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Enmanuel De Sousa
Foto: Ángel Zambrano