Álvaro Uribe Velez se convirtió este viernes en el primer expresidente de Colombia en enfrentar un juicio penal, con la primera audiencia de un caso en el que es acusado de sobornar a testigos para que guardaran silencio sobre su presunta relación con paramilitares.
Desde su residencia en Antioquia, noroeste, el expresidente (2002-2010) defendió su inocencia y se dijo víctima de complot.
“Repito a mis compatriotas que jamás he engañado a la justicia”, dijo a medios Uribe, poco antes de asistir a la audiencia virtual.
Al inicio de la diligencia, la jueza Sandra Heredia dijo que recibió un escrito en el que la Fiscalía acusa a Uribe de haber puesto en marcha un plan para influir en los testimonios judiciales de integrantes de los escuadrones de ultraderecha que cometieron cientos de masacres a finales del siglo XX.
Aunque el documento de la Fiscalía no ha sido divulgado, partes de este filtradas por la prensa dan cuenta de cómo el expresidente habría usado emisarios para “entregar y/o prometer dinero” a paramilitares presos a cambio de “falsear” sus versiones sobre la supuesta relación del político con estos grupos armados.
Se espera que el fiscal del caso, Gilberto Villarreal, lea el escrito completo y presente sus pruebas.
En la audiencia, la exesposa de uno de los paramilitares involucrados denunció “seguimientos” y “amenazas” en su contra. La defensa de Uribe rechazó estos señalamientos.
Considerado uno de los políticos más influyentes en Colombia, Uribe, de 71 años de edad, se expone a pena de entre 6 y 12 años por una denuncia judicial que inicialmente lanzó él, pero que luego se volvió en su contra.
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