La compañía constructora brasileña Odebrecht presentó este lunes 17 de junio, una solicitud de protección contra bancarrota que le permita reestructurar una deuda de 13.000 millones de dólares, tras pasar cinco años en el centro de una de las investigaciones sobre corrupción más grandes de Brasil y a nivel mundial.
Odebrecht ha sido el eje de la “Operación Autolavado”, la mayor investigación sobre corrupción en la historia del país, y que ha revelado una sistemática red de sobornos entre políticos y compañías constructoras en Brasil.
La compañía lamentó su decadencia, que la llevó de tener 180.000 empleados hace cinco años a tan sólo 48.000 trabajadores en la actualidad. Describió su caída como “consecuencia de una crisis económica… el impacto a una reputación debido a los errores cometidos, y a la dificultad de las empresas para obtener crédito y nuevos contratos después de colaborar con la justicia”.
Odebrecht y otras constructoras formaron una especie de «cártel» para repartirse licitaciones gubernamentales, canalizando cierto porcentaje directamente a los políticos. La compañía recurría a los sobornos para garantizarse lucrativos contratos con el gobierno de Brasil y de otros países de Latinoamérica.
En diciembre de 2016, Odebrecht y una de sus subsidiarias petroquímicas se declararon culpables y alcanzaron un acuerdo con las autoridades de Estados Unidos, Brasil y Suiza con una multa de 3.500 millones de dólares.
La solicitud de protecciones contra la bancarrota no incluye a varias subsidiarias de Odebrecht, ya cuentan con protecciones por separado.
“Buena parte de la recesión tiene que ver con la paralización del sector de construcción y mucho de eso fue debido a Odebrecht. Tal vez ya vimos el peor efecto, pero solicitar protecciones contra bancarrota es un indicio de que no tendremos el tipo de recuperación que esperan algunos”, destacó Mónica De Bolle, del Instituto Peterson de Economía Internacional.