La Organización Mundial de la Salud declaró este miércoles, 17 de julio, emergencia de salud internacional luego de que un brote del virus de ébola se propagó esta semana a una ciudad en República Democrática del Congo con una población de 2 millones de personas.
En este país se ha contabilizado más de 2,500 casos de ébola y más de 1.600 personas ha muerto desde agosto del año pasado, en este segundo brote más mortífero en la historia.
Esta semana se confirmó el primer caso de ébola en Goma, una ciudad en el noreste de República Democrática del Congo que hace frontera con Ruanda y que cuenta con un aeropuerto internacional. Los expertos han temido desde hace meses que esto sucediera.
Debido a este nuevo se alertó especialmente a los países vecinos como Ruanda, a estar alertas para evitar la epidemia del virus.
Aunque el riesgo de una propagación regional sigue siendo elevado, el riesgo de que se propague fuera de la región es bajo, opinó el director de la OMS, Tedro Andhanom Ghebreyesus, tras el anuncio en Ginebra.
La emergencia internacional «no debería utilizarse para estigmatizar o penalizar a las mismas personas que más necesitan nuestra ayuda», dijo.
¿Qué es el ébola?
Esta enfermedad, antes llamada fiebre hemorrágica del Ébola, es grave, a menudo fatal, con una tasa de letalidad de hasta 90%, causada por el virus del Ébola, que integra la familia de los filovirus.
Los síntomas varían, pero al comienzo de la enfermedad (en la “fase seca”) es común la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa, y dolores musculares, de cabeza y de garganta.
A medida que la enfermedad avanza es común que las personas sufran vómitos y diarrea (la “fase húmeda”), erupciones cutáneas, deterioro de las funciones renales y hepáticas y, en algunos casos, hemorragias internas y externas.