“Es en serio, ese es el precio de los condones ¡es muy barato!”, fue la frase que usó un joven mientras pagaba con su tarjeta de débito Bs. 4 por una caja de preservativo en un populoso comercial de origen asiático ubicado en el centro de Barquisimeto.
Aunque esa expresión del joven fue de alivio, debería generar preocupación tanto en la población masculina, como en la femenina, porque sencillamente el consumidor por querer ahorrase unos cuántos bolívares o dólares, usa preservativos de imitación sin imaginarse los riesgos que estos pueden ocasionar en un encuentro íntimo, aseguró el urólogo Dr. Alexander Ybarra.
Ante esa premisa, el equipo de El Informador Venezuela también visitó al ginecólogo Simón Arrage, ambos médicos especialistas, quienes coinciden que el uso de estos condones no previene el contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS), como el virus de papiloma humano (VPH) o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
El doctor Ybarra explicó que los preservativos originales de por sí, no son 100 % confiables, “imagínese un condón de imitación”.
Agregó que ese material de los condones “baratos” en muchos casos causa reacciones en los hombres provocando ulceras balanopostitis, que es una enfermedad que produce inflamación en el glande y en la piel del prepucio, y en el surco, los cuales ameritan tratamiento.
Precisó que este tipo de reacciones se dan debido al uso del mismo material en un mismo encuentro, debido a los rígidos que pueden ser.
Ybarra manifestó que los VPH son microorganismo que puede atravesar los condones de imitación, debido a que ese tipo de material no pasa por un control de calidad, a diferencia de los que se expende en las grandes farmacias del país.
Además añadió que lo que pasa actualmente con los condones, es lo mismo que sucede con las medicinas que llegan al mercado y se venden hasta en las bodegas.
En un recorrido realizado por El Informador Venezuela se puede apreciar como estos condones se exhiben en los mostradores comerciales y se venden por precio bastantes económicos.
Foto: Ángel Zambrano