El perico de Orcés es un ave endémica de Ecuador, que está en peligro de extinción. Pero que tienen las llamadas «cajas nido» representando una esperanza para su supervivencia.
Proveniente de la familia de los loros (Psittacidae), el perico de Orcés (Pyrrhura orcesi). Una especie de ave psitaciforme, se encuentra en el sur de Ecuador, principalmente en la provincia de El Oro, fronteriza con Perú.
Considerada como especie en peligro de extinción, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como por la Lista Nacional de Aves. Al perico de Orcés lo vieron los expertos en 1980 durante una expedición que investigaba parches remanentes de bosque nublado en El Oro.
De plumaje verde oscuro con la frente roja los machos (aunque no las hembras). El perico de Orcés tiene los filos de las alas y el final de la cola de color rojo. Mientras los bordes exteriores de las alas, son azulados.
De ojos rodeados por un círculo blanco, al perico de Orcés mide unos 22 centímetros de largo y pesa alrededor de 73 gramos. Habita en bosques tropicales muy húmedos de 800 a 1.200 metros. Pero cada vez se desplaza a zonas más altas pues el cambio climático ha hecho que las nubes se formen cada vez más arriba.
Se estimaba que había una población de alrededor de 8.500 individuos, que se redujeron debido a la tala indiscriminada de árboles por muchos años. Limitando los espacios de anidación del ave. Además, el complicado proceso de crianza no permite que la especie se reproduzca rápido.
La fundación Jocotoco contrarresta los factores en contra de la especie desde 2007. Con el programa de «cajas nido», Provocando exitosamente el nacimiento de 559 pichones.
«Ahorita, la población estimada de pericos de Orcés es como de 1.500, eso significa que hemos ayudado a recuperar por lo menos el 40 por ciento de esta población, lo cual es realmente un hito en conservación», apuntó en medio de la reserva Buenaventura.
Las cajas nido tienen un sistema de impermeabilización para evitar la humedad y se colocan entre tres y cinco metros del suelo. También cuentan con cámara para el monitoreo.
Se trata de una pequeña ave para cuya conservación, Jocotoco compró decenas de hectáreas de pastizales y las transformó en una reserva. Donde ahora cohabitan más de 700.000 árboles, miles de aves, innumerables anfibios y reptiles, lobos y cerdos de monte, entre otras especies.
Foto vía: Telemetro