Como construida y culminada aparece desde hace varios años en los registros del Instituto Nacional de Deportes (IND), en Caracas, la inconclusa y desde hace tiempo abandonada pista de bicicrós “Juan Lorenzo”, de El Tocuyo, Municipio Morán del Estado Lara.
Valga recordar que los trabajos de esta obra se iniciaron paralelamente con el desarrollo de los Juegos Juveniles Deportivos Nacionales que tuvieron lugar en el Estado Lara en el año 2.000.
Así, entre montes, tunas y cujíes, muy cerca de la sede del Grupo de Artillería “Cruz Carrillo”, se comenzó a levantar la construcción, en un marco de padres emocionados ante la ilusión de ver a su hijos practicar esta novedosa modalidad del ciclismo deportivo, cuya principal característica es que se disputa a todo terreno.
Todo parecía ir bien, y comenzaron a verse los primeros frutos, con niñas y niños tocuyanos, todos ellos mostrando sus aptitudes en interesantes pruebas de fin de semana, guiados por los voluntariosos técnicos Mario Montesinos y Edilio Querales.
Valga señalar que el destacado periodista deportivo tocuyano Euclides López, con toda claridad, recordó que, poco tiempo después de iniciada la construcción de la obra, funcionarios del gobierno regional, en visita efectuada a la citada instalación deportiva, ofrecieron construirle tribunas, baterías de baños y hasta mejorarle las áreas recreativas.
-Pero –siguió diciendo en esa misma oportunidad el mismo López-, como una especie de ensayo a la corrupción, todo no pasó de allí, pues, ciertamente, los trabajos comenzaron a toda marcha.
-Pero, entre gallos y medianoche, el dinero que debía ser destinado a la obra deportiva desapareció como por arte de magia, y, por supuesto, dicha obra todavía está esperando por su conclusión, 20 años después de iniciada.
Y lo más triste es que, hasta ahora, ningún medio oficial ha dado la cara para decir qué fue por fin lo que pasó con esa bendita obra.
El colmo
Pero, si se quiere, hay algo más grave todavía, y es el hecho de que, en los registros del IND Central, en Caracas, esa obra aparece como culminada, cuando resulta que hasta el techo desapareció de la rampa de salida, y aquello está convertido ahora sencillamente en un lugar de abandono y soledad.
En otras palabras, se trata, por un lado, de un bello recuerdo que se hizo con amor y sacrificio de los padres de niñas y niños para la práctica del bicicrós, y, por el otro, de un tremendo monumento a la desidia oficial.
Fotos: Pedro Timaure