Cerrar los ojos y desconectarnos del mundo entre 10 y 20 minutos a mitad de la jornada puede ser la clave para sentirnos alerta y de buen humor durante el resto del día.
Por eso, el especialista en fisiología del sueño y cofundador de The Sleep School, Guy Meadows, declara que «el principal beneficio de las siestas breves, es que contrarrestan los efectos fisiológicos que ocurren en el cuerpo desde que nos despertamos».
A partir de ese momento, «comienza a acumularse la adenosina, una sustancia química que es un subproducto del metabolismo y se acumula en el cerebro, hasta provocar una sensación de sueño».
Por ello, cuando hacemos una siesta, «reducimos la adenosina, metabolizamos un poco de esta sustancia en nuestro sistema, y eso nos ayuda a incrementar nuestros niveles de energía y a sentirnos más alerta y despiertos», comenta Meadows./AB