El uso excesivo de dispositivos electrónicos como teléfonos inteligentes, tabletas y computadoras podría estar afectando el desarrollo físico de los niños más de lo que imaginamos. Un reciente estudio de la Universidad Gazi, en Turquía, reveló que la exposición prolongada a la luz azul puede acelerar el crecimiento óseo y adelantar la pubertad, al menos en modelos animales.
Los hallazgos, presentados en la 62.ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica, abren una nueva línea de investigación sobre el impacto de la tecnología en la salud infantil.
Los investigadores expusieron a ratas jóvenes a diferentes niveles de luz azul, desde periodos breves hasta exposiciones prolongadas similares a las que muchos niños experimentan frente a pantallas. Aquellas con mayor exposición mostraron un crecimiento óseo acelerado y un inicio temprano de la pubertad, vinculado a la reducción de la hormona melatonina, clave para regular el sueño y el desarrollo hormonal.
El experimento y sus resultados
El estudio expuso a ratas jóvenes a diferentes duraciones de luz azul: cortos períodos, exposición moderada y una exposición prolongada similar a las horas que pasan muchos niños frente a dispositivos electrónicos. Los resultados mostraron que las ratas con mayor exposición experimentaron un aumento significativo en la maduración ósea y un inicio más temprano de la pubertad.
Este proceso estaría vinculado al impacto de la luz azul en la producción de melatonina, una hormona clave para regular el sueño y los ciclos biológicos. La disminución de melatonina puede desencadenar cambios hormonales relacionados con el crecimiento y el desarrollo sexual.
¿Qué significa esto para los niños?
Aunque los resultados del estudio se basan en modelos animales, sugieren un posible paralelismo con el impacto de las pantallas en los seres humanos, especialmente en una generación que interactúa con dispositivos desde edades tempranas. Los expertos advierten que la exposición prolongada a la luz azul durante la infancia podría alterar procesos biológicos sensibles, afectando el desarrollo físico y hormonal.
Recomendaciones de los expertos
Para minimizar los riesgos potenciales, los investigadores proponen:
– Limitar el tiempo de pantalla, especialmente antes de dormir.
– Utilizar dispositivos con filtros de luz azul o modos nocturnos.
– Fomentar actividades libres de pantallas, como juegos al aire libre o lectura.
– Crear horarios regulares de sueño que no sean interrumpidos por el uso de dispositivos electrónicos.
Un tema de debate creciente
La luz azul ha sido señalada previamente por su impacto negativo en la calidad del sueño y el ritmo circadiano. Sin embargo, este nuevo estudio abre un debate sobre sus efectos a largo plazo en la salud física de los niños. ¿Podrían los hábitos tecnológicos de hoy estar afectando el desarrollo de las futuras generaciones?
En un mundo donde la tecnología es una parte esencial de la vida cotidiana, es crucial tomar medidas que protejan a las generaciones más jóvenes de posibles efectos adversos. La salud de los niños no solo depende de lo que comen o de cuánto ejercicio hacen, sino también de cómo interactúan con su entorno digital.
¿Es hora de replantearnos la relación de los niños con las pantallas?
Fuente: Europa Press