De una manera inusual, de la forma más íntima, cumpliendo con las normas de prevención y con las gradas vacías, se llevó a cabo la entrega de la antorcha olímpica por parte del Comité Olímpico Heleno a los organizadores de los Juegos de Tokio 2020.
Una ceremonia celebrada en el Estadio Panathinaiko de Atenas bajo el estado de alarma nacional provocada por la pandemia de coronavirus. Situación que hizo que sólo estuvieran presentes el presidente del Comité Olímpico griego, Spyros Kapralos, una pequeña delegación del país anfitrión de los Juegos, y los pocos protagonistas que llevaron a cabo el simbólico gesto, todo esto como en principio se tuvo previsto luego de la declaración de pandemia global.
La actriz Xanthi Yeoryíu encarnó a la Gran Sacerdotisa de Olimpia, portando la antorcha, y dos deportistas, el gimnasta Elefterios Petrunias y la saltadora de pértiga Katerina Stefanidi, dos reconocidos atletas mundiales, hicieron un pequeño relevo con la llama, que pasó a un recipiente (una especie de lámpara de aceite) en el que será transportada a Japón. Un acto cargado de simbolismo por la situación actual que vive el olimpismo y las dudas sobre la celebración de los Juegos.
«Esperemos que el espíritu de la llama olímpica nos ayude a derrotar a este enemigo», coincidieron los protagonistas.
Julio Urdaneta con información de AS
Foto: AS