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Este viernes 18 de abril, Cachorros y Cascabeles se cayeron bestialmente a palo limpio, y establecieron marcas nunca antes vistas en las Grandes Ligas

Eugenio Suárez (Gráfica: Archivo)

La jornada del viernes 18 de abril de 2025 quedará marcada como una de las más insólitas y espectaculares en la historia del beisbol de Grandes Ligas, y que tuvo lugar en Chicago.

Destaca el portal “Meridiano” que el legendario estadio Wrigley Field fue testigo de un festín ofensivo como prácticamente nunca antes se había visto en las Grandes Ligas, entre los Cachorros de Chicago y los Cascabeles de Arizona, un duelo que se desató en su tramo final, y que dejó asombrados a propios y extraños.

Así, el juego transcurrió con relativa paridad durante las primeras seis entradas, con intercambios medidos de carreras y una tensión que se sostenía con cada pitcheo.

Todo cambió

Sin embargo, todo cambió drásticamente en la parte baja del séptimo episodio, cuando los Cachorros desataron una ofensiva fulminante que produjo cinco carreras, ampliando la ventaja a 7-2,  y dándole un giro al marcador, que, en ese momento,  parecía definitivo.

Pero lo más sorprendente estaba por venir: En la octava entrada, ambos equipos encendieron los bates como si no hubiese mañana.

Entre Cachorros y Cascabeles se combinaron para anotar un total de dieciséis carreras en ese solo episodio, lo que convirtió el diamante de Chicago en un auténtico campo de batalla ofensivo.

Según datos de” OptaSTATS”, lo ocurrido en la séptima y octava entradas fue sencillamente inédito.

En ese lapso, se conectaron seis cuadrangulares, incluidos dos toletazos con las bases repletas, y de estos dos, uno de ellos, por cierto, del venezolano Eugenio Suárez

Pero hay más…

Además, de paso,  se registraron los cuatro tipos de imparables posibles (sencillo, doble, triple y jonrón), así como los cuatro tipos de vuelacercas (solitario, de dos carreras, de tres carreras y con bases llenas).

También hubo tres medias entradas en las que se anotaron cinco o más rayitas, algo que jamás había sucedido en toda la historia de la MLB, ni siquiera en un juego completo.

Este enfrentamiento no sólo se convirtió en un espectáculo inolvidable para los fanáticos presentes, sino que también pasó a los libros de records como un ejemplo más de que, en el béisbol, todo puede suceder/RG.

 

 

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