Entre la presencia de reyes, reinas y príncipes de la realeza europea en la misa de inicio del pontificado de León XIV, un detalle no pasó desapercibido: la presencia de la reina de Holanda sin la compañía de su esposo el rey Guillermo Alejandro.
Si bien otras ocasiones la ausencia del rey ha tenido explicaciones diplomáticas o de agenda, en esta ocasión no ocurrió.
En el calendario oficial de la Casa Real neerlandesa no estaba programado ningún compromiso para el rey en los días previos. El único acto confirmado es su presencia el próximo miércoles 21 en Japón, donde visitará el pabellón de Países Bajos en la Expo de Osaka.
Los rumores, que vienen sonando desde hace meses, se reavivan sobre el posible distanciamiento del matrimonio real porque además, el viaje de la reina a Roma ha coincidido con una fecha importante. Este sábado 17 de mayo, ha cumplido 54 años.
Desde el entorno de la reina se ha intentado rebajar la tensión. Y es que, a falta del rey, han asegurado que cuenta con el respaldo del primer ministro neerlandés Dick Schoof, también presente en la ceremonia.
La figura de Máxima de Holanda siempre ha suscitado especial interés en los círculos vaticanos. De confesión católica, contrajo matrimonio bajo el rito calvinista, respetando la tradición religiosa de la Casa de Orange. Sin embargo, un permiso especial del arzobispo de Rotterdam le permitió conservar su fe.