En Kunmíng, capital de la provincia de Yunnan, al sur de China, hubo que evacuar a 5.300 habitantes para que no les afectase la planeada explosión de 15 rascacielos que cubrían gran parte de la ciudad, acción que llamó la atención de todo el mundo.
Uno de los macroproyectos urbanísticos de la ciudad china que empezó las obras en 2011 dejó hasta este año 15 rascacielos sin terminar, vacíos y en un estado de deterioro cada vez más avanzado, por culpa de la quiebra de una de las empresas que estaba detrás del proyecto.
Ahora, después de todos estos años con las obras paradas, el ayuntamiento de la localidad dio la orden de derribar estos edificios vacíos que ocupan muchas hectáreas desaprovechando un terreno muy útil.
Aunque el derribo de los 15 edificios ha sido conjunto y duró apenas unos segundos, los preparativos para la operación tardaron muchos días para que los planes resultaran exitosos y sin riesgo alguno. Para llevarlo a cabo tuvieron que evacuar a un total de 5.300 personas de los sectores cercanos e inundar los cimientos con agua de lluvia para que no fuera nocivo.
Además, antes de proceder al derribo, crearon un montículo amortiguador alrededor de los edificios y la zona de explosión para detener las ondas sísmicas, evitando así cualquier problema adicional y procurando que el resultado fuera un éxito.
Según informó Taiwan News, se usaron 4,6 toneladas de explosivos en 85.000 puntos de detonación de los edificios. Una zona de explosión que ha cubierto alrededor de 500.000 metros cuadrados, convirtiéndose en el área de demolición más grande de China hasta la fecha.
En las imágenes de derribo, uno de los rascacielos del centro de la zona de explosión no cae al suelo igual que los demás, se queda torcido a medio derribar. Esa torre restante no se terminó de derribar con explosivos sino con demolición mecánica.
Las redes sociales rápidamente hicieron eco del momento que dejó imágenes impresionantes, las cuales parecen sacadas de una película de ficción.
Foto: Getty Images