“Esta administración municipal no solamente tiene abandonados a los transportistas iribarrenses, sino que, por si fuera poco, ahora se burla de ellos cuando les han prometido gasolina suficiente, pero resulta que apenas les surten entre tres y seis unidades cada tres días”.
De esa manera se expresó la profesora Yennifer Peña, candidata independiente a la Alcaldía capitalina, tras haber sostenido una interesante reunión con un grupo de integrantes de la Asociación Civil “San Francisco”, que era la antigua Ruta 10, y la cual preside la señora Marlene Moreno.
La candidata recordó que “el ensañamiento” de esta administración contra los transportistas no viene desde ahora, “sino desde hace muchos años, y comenzó cundo les eliminaron las concesiones, en un afán necio e inexplicable por debilitar y acabar con el sistema de transporte urbano existente para ese momento”.
-Y ahora les impusieron, para poder hacer sus “recorridos”, como los llaman ahora, el que deben tener una “carta de servicio”, expedida por la misma Alcaldía de Iribarren, documento que, por cierto, deben renovar mensualmente, con todos los inconvenientes y pérdida de valioso tiempo que eso significa ante los deficientes servicios públicos que brinda nuestra alcaldía.
-De paso, cuando los multan, deben cancelar tales obligaciones en petros. “¡Habráse visto…!”
Propuestas
Refiere la candidata, postulada por el movimiento Lara Independiente (LAIN), que ella dio a conocer a estos transportistas algunos aspectos de lo que será su gestión en esa materia.
-En primer lugar, vamos a regresarles sus concesiones, tal como las tenían antes, de manera que puedan llegar a los diferentes sectores del municipio.
-En segundo lugar, revisaremos el formato de multas, así como sus montos, que en algunos casos son exageradamente abusivos.
-En tercer lugar, vamos a asignar a uno o a varios funcionarios, para que estén pendientes o chequeando permanentemente lo del suministro de gasolina, para nosotros adelantar las gestiones correspondientes ante PDVSA, porque no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras los transportistas pasan tres y cuatro días haciendo cola para poder surtirse.
–Y, en fin, cualquier medida que tienda a resolver la gravísima situación de deterioro del transporte en que nos tienen estos rojos-rojitos, que parecieran gozar con la tragedia ajena.
Reinaldo Gómez