El líder venezolano Edmundo González Urrutia compartió una significativa experiencia a través de sus redes sociales, tras un desafortunado traspié que lo llevó a ser atendido en un hospital. Al ingresar, le informaron que iba a ser atendido por “uno de los mejores médicos”, y su sorpresa fue grande cuando el médico que lo atendió resultó ser un compatriota venezolano.
González expresó su orgullo y emoción al reconocer que, a pesar de las circunstancias que obligan a muchos a abandonar el país, el talento venezolano continúa brillando en el extranjero. “No solo me sentí orgulloso por el reconocimiento de sus colegas, también me conmovió pensar que el talento de mi coterráneo estuviera exiliado, como millones, como yo”, relató.
Con un cabestrillo que le recordaba su reciente incidente, González agradeció al hospital por la atención recibida y por valorar la labor de los médicos exiliados. “Mi compromiso es que el talento venezolano vuelva y nos apoye en la reconstrucción de Venezuela”, afirmó con determinación.
El mensaje de González concluyó con una poderosa frase: “¡El que se cae… se levanta!”, un recordatorio de la resiliencia y el espíritu indomable del pueblo venezolano. Su experiencia no solo pone de relieve la importancia del talento nacional, sino también la necesidad de crear un entorno donde los profesionales puedan regresar y contribuir al desarrollo del país.
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