La reciente explosión del gasoducto de 26 pulgadas Muscar-Soto, ubicado en Punta de Mata, estado Monagas, generó serias complicaciones en la distribución de gas licuado hacia el estado Guárico. Este incidente, que dejó al menos cinco heridos y obligó a suspender operaciones en la planta, ha desatado una crisis en el suministro de gas en la región.
José Goncalves, presidente de la distribuidora de gas, explicó que, debido a la explosión, han tenido que trasladar el proceso de llenado de gas licuado a la Refinería de Amuay en Falcón. «Por tal motivo, la tardanza de nuestras gandolas dura tres, cuatro o cinco días para hacer el llenado», indicó Goncalves, reflejando la preocupación por los retrasos en la entrega del combustible a las comunidades afectadas.
La explosión ha suscitado investigaciones por parte de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA), que está evaluando los daños y las causas del incidente. La situación ha generado zozobra entre los habitantes de las comunidades cercanas, quienes dependen del suministro de gas para sus actividades diarias.