Rafah, Franja de Gaza (AP) — Fuerza israelíes asaltaron uno de los últimos hospitales operativos en el norte de Gaza y golpearon el sur del territorio con ataques aéreos que mataron al menos a 28 palestinos, mientras el país continuaba el martes con su ofensiva contra Hamás con apoyo renovado de Estados Unidos, pese a la creciente alarma internacional.
La ofensiva, lanzada en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre contra Israel, ha matado a casi 20.000 palestinos, desplazado a unos 1,9 millones de personas, arrasado buena parte del norte de Gaza y provocado ataques contra objetivos estadounidenses e israelíes en toda la región.
Un ataque contra una vivienda en Rafah donde se refugiaban personas desplazadas dejó al menos 25 muertos, incluidos un niño de dos años y su hermana recién nacida, y otro mató al menos a tres personas, según periodistas de Associated Press que vieron los cuerpos llegar a dos hospitales locales el martes por la mañana.
Rafah, que está en la zona sur de Gaza donde Israel dijo que se cobijaran los palestinos, ha sufrido bombardeos reiterados en los últimos días, mientras Israel golpea lo que describe como objetivos milicianos en todo el territorio, y a menudo mata a un gran número de civiles en el proceso.
El ejército dijo el martes que había matado a un responsable financiero de Hamás en un ataque aéreo en Rafah, sin especificar cuándo ocurrió o si había otros muertos o heridos.
Mientras tanto, había intensas batallas en el norte de Gaza, donde Hamás seguía resistiendo en lo que ahora es un erial, siete semanas después de que ingresaran los tanques y soldados israelíes.
Al menos 27 personas murieron el martes y más de 100 resultaron heridas en los bombardeos israelíes sobre el campo de refugiados de Jabaliya, una zona urbana, señaló Munir al-Boursh, funcionario del Ministerio de Salud gestionado por Hamás.
En el centro de la Franja de Gaza, al menos 15 personas murieron en ataques por la noche, de acuerdo con registros hospitalarios. Entre los muertos había una madre y sus cuatro hijos, que murieron cuando estaban sentados en torno a una hoguera, según un reportero de AP que grabó la escena posterior.
Hamás ha mantenido una firme resistencia y sigue lanzando cohetes a Israel. Los milicianos dijeron el martes que habían lanzado una ronda de proyectiles hacia Tel Aviv y las sirenas antiaéreas sonaron en el centro de Israel. No había reportes inmediatos de bajas o daños.
La guerra comenzó después de que Hamás y otros milicianos mataran a unas 1.200 personas en el sur de Israel, en su mayoría civiles, y secuestraran a otras 240.
Desde el inicio de la guerra han muerto más de 19.400 palestinos, según el Ministerio de Salud en el territorio controlado por Hamás, que ha dicho que la mayoría de los fallecidos eran mujeres y niños y que miles de personas más están bajo los escombros. El ministerio no distingue entre muertos civiles y combatientes.
El ejército israelí dice que 131 de sus soldados han muerto en la ofensiva terrestre en Gaza. Afirma haber matado a miles de milicianos, sin ofrecer pruebas. Israel culpa a Hamás de las víctimas civiles y afirma que los milicianos las utilizan como escudos humanos, aunque rara vez hace comentarios sobre ataques concretos.
Asalto al hospital
Fuerzas israelíes asaltaron durante la noche y el martes de madrugada el hospital de Al-Ahli en Ciudad de Gaza, donde destruyeron un muro en la entrada principal y detuvieron a casi todo el personal, según la iglesia que lo gestiona.
En el lugar, también conocido como Hospital Baptista, se produjo una explosión al inicio de la guerra en la que murieron decenas de palestinos, y que según determinó después una investigación de The Associated Press, probablemente se debió a un cohete palestino fallido.
Don Binder, pastor de la catedral anglicana de San Jorge en Jerusalén, que gestiona el centro, dijo que la incursión había dejado sólo dos médicos, cuatro enfermeras y dos celadores para atender a unos 100 heridos graves, sin agua corriente ni electricidad.
“Ha sido una gran misericordia para los muchos heridos en Ciudad de Gaza que pudiéramos mantener abierto tanto tiempo nuestro hospital anglicano Ahli”, escribió Binder en Facebook el lunes por la noche. “Eso se acabó hoy”.
Había un tanque israelí estacionado en la entrada del hospital, añadió, lo que impedía entrar y salir a nadie.
El ejército israelí no hizo comentarios en un primer momento. Sus fuerzas han asaltado otros hospitales en el territorio y acusan a Hamás de utilizarlos con fines militares. El personal de los hospitales ha desmentido esas afirmaciones y acusa a Israel de poner en peligro a civiles heridos y enfermos de gravedad.
En noviembre, tras asaltar y prácticamente vaciar el hospital de Shifa —el más grande de Gaza— el ejército presentó lo que describió como un escondite miliciano bajo el recinto y otras pruebas de que había combatientes de Hamás dentro. Aún no ha respaldado sus afirmaciones de que Shifa era un importante centro de mando de Hamás, lo que afectaría a la cuestión de si estaba protegido por el derecho internacional.
Shifa vuelve a atender a cientos de pacientes heridos y acoge a decenas de miles de desplazados en condiciones precarias, según la Organización Mundial de la Salud, que describió su sala de urgencias como un “baño de sangre”. Los testigos dijeron que un ataque israelí golpeó el complejo médico el lunes y dejó varios muertos y heridos.
El ejército dijo el martes que sus tropas habían encontrado un dispositivo explosivo en una clínica de Shijaiyah, un vecindario de Ciudad de Gaza donde se han producido fuertes combates en los últimos días. No aclaró si la clínica estaba operativa, y en imágenes publicadas por el ejército parecía estar abandonada.
Votación en el Consejo de Seguridad
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aplazó al martes la votación sobre una resolución impulsada por países árabes que pide un alto en las hostilidades para permitir un acceso sin trabas para la ayuda humanitaria. Los diplomáticos dijeron que había negociaciones para que Estados Unidos se abstuviera o votara a favor de la resolución, después de vetar una petición anterior de un cese el fuego.
Francia, Reino Unido y Alemania —algunos de los aliados más cercanos de Israel— se sumaron el fin de semana a las peticiones globales de un cese el fuego. En Israel ha habido protestas para pedir negociaciones con Hamás que faciliten la liberación de las docenas de rehenes que aún retienen los milicianos.