Por estos días, los amantes de las películas de la época de oro del cine mexicano recuerdan y añoran el nombre de Rosita Fornés, una carismática actriz, vedette, bailarina y cantante cubana, quien falleció en Miami el pasado 10-J a los 97 años de edad, de un enfisema pilmonar. Fue considerada en la década de los 50 como la mejor vedette de América.
Su verdadero nombre era el de Rosalía Lourdes Palet Bonavia, y, aparte de poseer variadas cualidades artísticas, añadía a ello el ser dueña de una escultural y sensual figura corpórea.
Ella nació en Nueva York, y era hija de una pareja española, pero ya a los dos años de edad se encontraba en La Habana, a donde se trasladó con su madre, que había enviudado, e iba allí a contraer nuevas nupcias.
Por cierto, Rosita no tardó mucho en adoptar la nacionalidad cubana.
Desde muy joven, esta multifacética dama, paralelamente con sus estudios de secundaria, comenzó a sentir inclinación por la cuestión artística.
Así, a la par de cantar y de actuar en grupos de danzas cubanas, igualmente hasta participaba en obras teatrales.
Así, poco a poco, se fue vinculando al mundo del espectáculo, hasta que, en 1.938, entró de lleno al mundo de la televisión de Miami, a comienzos de los años 40.
Pero también fue llamada desde México, lo que le permitió participar en varios filmes aztecas de variado tenor.
Por cierto, muy recordada es su participación en la película ”Tin Tan en La Habana”, que protagonizó el famosísimo comediante mexicano Germán Valdés,
En la misma, Rosita Fornés escenificó una comiquísima pero magistral coreografían del tema “Juana Bacallao”, por supuesto, junto a Tin Tan, que era otro excelente bailador.
Valga señalar que el nombre artístico de Rosita Fornés lo tomó nuestra artista a raíz de su ingreso precisamente al cine mexicano.
Paz a sus restos.
Reinaldo Gómez
FOTO: CORTESÍA Y CAPTURAS