Cuba se encuentra en estado de alerta ante la inminente llegada del huracán Oscar, que se ha intensificado a categoría 1 y amenaza con impactar la isla en las próximas horas. El presidente Miguel Díaz-Canel anunció el sábado que el gobierno está trabajando arduamente para proteger a la población, mientras la isla enfrenta una grave emergencia energética que ha dejado a millones a oscuras desde el viernes.
«Ya se trabaja arduamente para la protección del pueblo y los recursos económicos, ante la inminencia del huracán Oscar», escribió Díaz-Canel en su cuenta de X. A pesar de los esfuerzos, las autoridades cubanas solo han logrado restablecer 500 megavatios de electricidad, lo que representa apenas el 16% de la demanda total de cerca de 3,000 megavatios.
La situación ha generado descontento en la población, especialmente en La Habana, donde se reportaron cacerolazos en varias zonas durante la noche del sábado. Las autoridades han decretado la «fase informativa» para las provincias del este del país, incluyendo Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma, Las Tunas y Camagüey, como parte de su plan de respuesta ante desastres naturales.
La «fase informativa» es la primera de cuatro etapas que se implementan en Cuba para enfrentar fenómenos naturales, seguida por «alerta», «alarma» y finalmente la fase «recuperativa». El huracán Oscar, que se espera que llegue a Cuba con vientos de hasta 140 km/h, representa un riesgo significativo para la infraestructura ya debilitada de la isla.
La última vez que un ciclón de gran magnitud afectó a Cuba fue en 2017, cuando el huracán Irma causó severos daños, dejando un saldo de 10 muertos y pérdidas materiales que ascendieron a 13,185 millones de dólares. Con la memoria de esos eventos aún fresca, la población cubana se prepara para enfrentar nuevamente la furia de la naturaleza en un contexto de crisis energética y económica.