Miles de aficionados franceses ovacionaron en el centro de París el retorno de la selección nacional que el pasado domingo 18 de diciembre cayó ante Argentina en una de las finales más trepidantes en la historia de los mundiales.
Kylian Mbappé y sus compañeros aterrizaron en el Aeropuerto Charles de Gaulle, procedentes de Doha, poco después de las 8 de la noche del lunes 19 y descendieron del avión con aire triste.
Sonrientes, algunos empleados del aeropuerto mostraron carteles que decían “Gracias” y “París los ama”, que apenas causaron reacción en los seleccionados.
Visiblemente cansados y decepcionados tras la derrota por penales en Qatar, los jugadores abordaron autobuses que los llevaron a la Plaza de la Concordia, donde los esperaba una multitud de aficionados, deseosos por confortarlos.
Ahí, el ánimo de los seleccionados mejoró.
En contraste con lo ocurrido en 2018, cuando Francia ganó el título en Rusia, los jugadores no desfilaron esta vez por la avenida de los Campos Elíseos.
Pero para los aficionados, ello no importó. Dieron una cálida bienvenida a Les Bleus en la noche fría de invierno.
Muchos encendieron bengalas, agitaron banderas y cantaron “La Marsellesa” mientras los futbolistas y el técnico Didier Deschamps se asomaban por el balcón del Hotel de Crillon.
En su primer mensaje publicado en Instagram y Twitter tras el revés del domingo, Mbappé publicó una fotografía que lo muestra cabizbajo detrás del trofeo mundialista, con el mensaje: “Volveremos”.
Más de 24 millones de personas —ocho de cada 10 televidentes— miraron la final en el canal francés TF1, imponiendo un récord.
Pese a que no logró revalidar el cetro, Francia cumplió un papel destacado en la final memorable. Un triplete de Mbappé ayudó a que Les Bleus igualaran 3-3 con Argentina al concluir la prórroga, lo que derivó en la tanda de penales.
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