La Fórmula Uno y el negocio de la aviación comercial han perdido a uno de sus referentes de las últimas décadas, el tricampeón Niki Lauda, fallecido el lunes en Viena los 70 años de edad, tras una espectacular y movida carrera en tierra y aire.
Para muchos, Lauda es una leyenda del automovilismo, dada su excepcional carrera deportiva, marcada no solo por su perseverancia y sus grandes triunfos, sino asimismo por fuertes altibajos y, sobre todo, por su vuelta tenaz y milagrosa a los bólidos poco después del grave accidente que sufrió en 1976.
“Con gran dolor anunciamos que nuestro querido Niki ha fallecido apaciblemente el 20 de mayo de 2019, rodeado de su familia”, señalaron los allegados del piloto y empresario, quien había cumplido los 70 años el pasado 22 de febrero, reseña EFE.
Lauda se había sometido en verano de 2018 a un trasplante de pulmón que le obligó a estar hospitalizado varios meses.
En enero de este año tuvo que volver a ser internado a causa de una gripe que contrajo durante las navidades anteriores en Ibiza (España), donde el expiloto tenía su segunda residencia.
“Sus logros únicos como deportista y como empresario son y serán siempre inolvidables. Su dinamismo inagotable, su rectitud y su valentía serán un modelo y una referencia para todos nosotros”, recordó su familia en la nota en la que anunciaba su muerte.
Lauda ya había sido sometido a sendos trasplantes de riñón en 1997 y 2015, en este último caso gracias a la donación del órgano por parte de su entonces novia y ahora viuda Birgit.
Como corredor fue unos de los pilotos más legendarios de la historia de la Fórmula 1, no solo por sus éxitos (campeón en 1975, 1977 y 1984), sino por el estilo de competir y su carácter fuera de los circuitos.