Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López < El Informador Venezuela
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Reseña de la Añoranza/ Iván Brito López

Nuestra Señora de San Juan

Del viejo Barquisimeto, de aquella ciudad de calles angostas y encendidos atardeceres, de casas solariegas, donde el tímido ladrillo dejaba sensaciones de frescura, con aquellos surtidores en sus patios centrales, con su alero sentimental y los postigos de los ventanales que se abrían entre la media noche y la madrugada tras el acorde

melódico que acompañaba la serenata, de ese Barquisimeto, se recuerda los cinco templos que había.

Esas edificaciones religiosas, estaban representadas por modestas estructuras cuya supremacía, la encabeza el templo Inmaculada Concepción, seguido de San Francisco, Altagracia, San José, La Paz y el último hacia el Oeste, hacia las afueras de aquella bucólica ciudad, era el de Nuestra Señora de San Juan.

Este templo corresponde a un barrio muy humilde, de gente de trabajo, de obreros de las haciendas de caña del Valle del Turbio, de los trabajadores del antiguo matadero fundado por el francés Elmen,quien regentó la concesión hasta que se pagó lo invertido, donde artesanos, alarifes, ebanistas y otros especializados trabajadores, van

a conforman el conglomerado que habitaba este antiguo sector.

Eligio Macias Mujica (1952), señalará que fueron tres indias libres de apellido Prieto; María Cleofe, María Salomé y María Magdalena,quienes donaron el terreno para levantar el recinto religioso erigido por la propia comunidad. No obstante, Telasco Mac-Pherson (1883), en su “Diccionario del Estado Lara” acota sobre este aspecto lo siguiente:

“…La imagen de N. S. de San Juan pertenecía a una familia compuesta de cinco hermanas, Prieto por apellido, cuyosnombres eran María de Jesús, María José, María Gertrudis, María del Rosario y María Gabriela; es una copia de la del mismo nombre que se venera en el valle de la villa de Lagos del Obispado de Guadalajara, reino de Galicia en la Nueva España; y que las mencionadas hermanas Prieto pusieron, junto con los pocos bienes de que disponían, á la disposición del Presbítero Espinoza; la capilla se levantó en la propia casa de las otorgantes. El hermoso Templo que ha quedado en fábrica, se levantó para reemplazar la capilla de San Juan y fue obra del Presbítero Andrés Domínguez, que murió en Maiquetía…”

Por otra parte, el Templo de Nuestra Señora de San Juan, que se levantó, según lo señalado por el Reverendo Hermano Nectario María,el 21 de enero de 1792, fue el Presbítero Dr. José Bernabé Espinoza, Vicario de la Parroquia de Barquisimeto, quien pidió Licencia para edificar una capilla en honor de Nuestra Señora de San Juan, pero no fue sino hasta 1793 cuando el Obispo Fray Juan Antonio de la Virgen María y Viana, autorizó dicha construcción.

En tal sentido, en 1794 se bendijo el terreno sobre el cual se edificaría la capilla y se colocó la primera piedra de la construcción, la cual duró 4 años. Asimismo, el Hno. Nectario, acota que, el terreno fue cedido

por las hermanas Prieto, devotas de la advocación, de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos, cuya imagen según el religioso mencionado, copiada en una tabla de una estampa que llegó al estado Trujillo y a la cual le adjudicaban milagros, se arraigó profundamente en la comunidad.

Sin embargo, Eligio Macias Mujica (1952), señala que debido a “…los esfuerzos del Padre Soteldo la humilde capilla empezó a ser transformada en templo…”. El nombre del referido clérigo, era Juan de Jesús Soteldo (1824 – 1882), quien por muchos años se desempeñó como Capellán de San Juan, en cuyo barrio poseía una casa de su

propiedad, según lo refiere el Padre Víctor José Pineda (1934). El Presbítero Soteldo, de su propio peculio Consolidó la sección del templo que sostiene la cúpula y bajo su capellanía, se erigieron las paredes perimetrales de tierra pisada sin frisar, con las tres puertas de su fachada principal, sin llegar a techarse la edificación.

Lamentablemente, el Padre Soteldo, fue cambiado a varios curatos que ejerció con celo y piedad a decir del Padre Pineda (1934), siendo el último el de Araure, donde fue asesinado de acuerdo al citado Padre Pineda por la siguiente causa:

“Se cree que una de las causas que influyeron en el ánimo de los desgraciados que le quitaron la vida, cometiendo tan horrendo crimen, fue la codicia de los bienes que poseía dicho sacerdote, quien había manifestado donarlos en su totalidad a la obra de un templo suntuoso que pretendía levantar en la ciudad de Barquisimeto, dedicado a Nuestra Señora de San Juan”.

Ahora bien, Rafael Domingo Silva Uzcátegui (1942), refiere igualmente que, la capilla fue bendecida solemnemente el 26 de diciembre de 1798. Esta fue derribada por el terremoto del 26 de marzo de 1812 y posteriormente el Presbítero Andrés Domínguez, emprendió la reedificación con mayor realce a la construcción anterior. Según el

citado autor el padre Domínguez:

En 1926 la comunidad emprendió el reinicio de los trabajos.

“Con este fin vendió los bienes y prendas que los fieles habían dado en pago de promesas, pero la Guerra de la

Federación (1859-1863), que tantos desastres causó al país, impidió la terminación de la obra, la cual quedó paralizada por más de sesenta años”.

Comenta Silva Uzcátegui, que alrededor de 1922, unos vecinos de San Juan interesados en la terminación de la Iglesia, constituyeron una Junta con tal fin y emprendieron nuevamente los trabajos. Opuesto al señalamiento anterior, el Doctor Omar Soteldo Dazaingeniero y arquitecto, nos relató en una de las tantas conversaciones

que gratamente sostuvimos con él que, fue en 1926 cuando la comunidad emprendió los trabajos destinados a la conclusión del templo.

Aspecto del templo 1932.

Por otra parte, Eligio Macias Mujica (1952) señala que, debido al asesinatos del padre Soteldo la obra permaneció inclusa y que finalmente al cabo de repetidas tentativas, la comunidad prosiguió la construcción, donde el Sr. Loreto Zavarse y un grupo de vecinos hicieron realidad la continuación de los trabajos.

En 1932, es nombrado Director y Capella de San Juan, el Presbítero Ramón Gaude, de los Reverendos Padres Paules llegados a Barquisimeto en 1931 por instancias de Monseñor Dr. Enrique María Dubuc. A partir de esta fecha, la comunidad bajo la acertada y caritativa conducción de los Padres Paules emprendió con mayor

énfasis los trabajos destinados a terminar el Templo de San Juan, donde se comenzó a ofrecer el Santo Oficio con la estructura aun sin techo, pero con la cúpula totalmente reconstruida y refaccionadas las bóvedas de lado y lado de la misma y que constituyen estructuralmente el soporte de aquella, la misma de 1798.

Para 1940, los testimonios fotográficos, muestran al templo ya techado con una pequeña torre y en la parte central de la fachada una pequeña estructura con la imagen de la Virgen Milagrosa. De ahí en adelante seguirán mejoras en la edificación hasta 1948 cuando se inaugura el proyecto de los Padres Paules con las torres de concreto armado,

calculadas por el Dr. Omar Soteldo Daza, para lo cual se hicieron cuatro columnas para cada una, quedando tres de ellas adosadas a las paredes de tierra pisada y dos cuadradas junto a la columnata redonda que sostiene la bóveda de la nace central, flanqueada por las naves laterales de techumbre de losa plana.

San Juan en 1941.

Entre mediados de los años 50 y principio de los años sesenta, se le anexó un jardín que tenía en su lado Este, que en la actualidad es una ampliación de la nave Este donde se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Coromoto.

A lo largo del tiempo, en esta edificación realmente eclética, se conjuga tierra pisada, ladrillo, concreto armado y elementos estructurales de acero articulados entre sí, desde 1852 aproximadamente hasta finales de los años 50 del Siglo XX, en una trayectoria de esfuerzo de 100 años por parte de una comunidad, la del barrio San Juan, cuyo nombre se deriva precisamente, de la imagen mexicana de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos, que

según Rafael Domingo Silba Uzcátegui arribó a esta comunidad en 1790.

En la actualidad, esta antigua edificación necesita del concurso de toda la colectividad, como en 1926 cuando los vecinos en medio de una tremenda pobreza, lograron reiniciar los trabajo que condujeron a la culminación la obra, dando lo que podían, tanto en materiales como en mano de obra, pues su techo hoy día, amenaza con agravarse si

no se impermeabiliza, por lo menos el ala Este del religioso recinto. Por otra parte, la cúpula requiere de una restauración con todas las de la ley, pues su base y navecillas que la sostienen, estructuralmente en

la misma sección de 1798. La comunidad ahora más que nunca, está informada y al pendiente de lo que allí se haga, para que no vuelva a pasar, lo de la última vez, en que se emprendieron unos trabajos y no se terminaron y cuando se iniciaron las gestiones para que culminasen los trabajos, resultó que administrativamente la obra se había pagado

en su totalidad, cuando el contratista dijo que sólo le había bajado los recursos para ejecutar nada más, el 50 % del proyecto presupuestado.

Desde que las indias libres de apellido Prieto, donaron todo cuanto tenían para iniciar esta piadosa obra, 233 años han pasado y como un estandarte de unidad, fe, perseverancia y sentir altruista, la comunidad de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, Parroquia La Milagrosa, es ejemplo de alto civismo, de venezolaneidad, de amor patrio, de ese sentido de pertenecía, que en cualquier parte del mundo sustenta la soberanía de un país, como parte de las múltiples formas de “…conocernos, reconocernos, expresarnos y valorarnos como pueblo…” como lo tipifica en su definición de “identidad cultural venezolana” la Ley Organiza de la Cultura (2014), ya que el Templo de

Proyecto de los Padres Paules,

San Juan, como Patrimonio Cultural, indudablemente es elemento esencial del conjunto de bienes materiales, que producto de la actividad humana y sincretismo histórico, se entiende como testimonio significativo de la identidad cultural venezolana, de allí que se encuentre en el Registro General del Patrimonio Cultural Venezolana.

Barquisimeto, domingo 21 de mayo de 2023.

Fuentes Consultadas:

 Cámara de Comercio del Estado Lara (1952) Guía Económica y Social del

Estado Lara. Editorial Continente. Barquisimeto. Venezuela.

 Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano. (2005) Instituto del Patrimonio

Cultural. Tomo LA 03. Región Centroccidental. Estado Lara. Municipio

Iribarren.

 Gaude, R. (1946) Los PP. Paúles en Venezuela. Editorial Grafolit. Caracas.

Venezuela.

 Ley Orgánica de la Cultura (2014). Gaceta Oficial Extraordinario No. 6.154.

Noviembre 28, 2014. Caracas.

 MacPeherson, T. (1883) Diccionario del Estado Lara. Tercera Edición 1981.

Ediciones de la Presidencia de la República. Servicio Gráfico Editorial S.A.

Caracas. Venezuela.

 Pineda, V. (1934) Biografías y Recuerdos de Sacerdotes. Editorial

Venezuela. Caracas. Venezuela.

 Querales, R. (2003) La Comarca Mancillada. Fondo Editorial Rio Cenizo.

Barquisimeto. Venezuela.

 Rodríguez, N. (2011) Derecho a la Cultura. Su configuración en las

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ejercicio. [Trabajo en línea] Disponible: http://www.ucab.edu.ve/cuerpo-

editorial.html

 Rodríguez, N. (2017) Régimen Jurídico de los Bienes Declarados

Patrimonio Cultural de la República. Tesis Doctoral para optar al Título de

Doctor en Derecho. Universidad Católica Andrés Bello. [Trabajo en línea]

Disponible: http://biblioteca2.ucab.edu

 Tribunal Supremo de Justicia (2003). Sentencia Sala Constitucional No.

2760, publicada en fecha 06 de octubre de 2003. Caracas. [Transcripción

en línea] Disponible: http://miranda

 UNESCO (1982, mayo) Patrimonio Cultural de la Humanidad. Boletín de

Información de la UNESCO No. 18.

 Uzcátegui, R. (1941) Enciclopedia Larense. Tomo I. Impresos Unidos.

Caracas. Venezuela.

 Zambrano, F. (2004). Constitución de 1999 Comentada. Editorial Atenea.

Caracas. Venezuela.

Fotos: Archivo     

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