La velocista estadounidense Allyson Felix, de 35 años, está clasificada a sus 5tos Juegos Olímpicos, que acaba de celebrar con pequeña hija Camryn, toda su famila y el pueblo norteamericano.
El domingo, tirada de espalda respirando profundo, no dejaba de mirar el marcador del estadio. Cuando su nombre figuró como segunda en los 400 metros, se sacó las zapatillas y se cubrió el rostro con las manos. No cabe duda, este quinto boleto a unos Juegos Olímpicos es el más dulce y el más querido de todos.
La joven madre remontó desde el quinto puesto en la recta final para quedar segunda en el Campeonato Clasificatorio de Estados Unidos. Le valió la oportunidad de ir a Tokio busca de una décima medalla olímpica y romper un empate con la jamaiquina Merlene Ottey como las mujeres más laureadas en el atletismo de los Juegos.
MUY SATISFECHA
“Me siento orgullosa de ser una realidad», dijo Felix tras la carrera el domingo. “Hay mucho detrás de esto. Muchas veces, no estuve segura que podría ser posible. Estoy orgullosa por el esfuerzo y haberlo logrado».
Al tocarle correr desde el extremo de la pista, en la calle 8, Felix arrancó a todo vapor, ubicándose primera tras los 100 metros. Paulatinamente, fue perdiendo terreno y retrocedió al tercer lugar, a duras penas sosteniéndose. En una de las mejores demostraciones de su trayectoria deportiva, pudo acelerar una vez más para superar a la mitad de las rivales.
Felix cronometró 50.02 segundos, 24 centésimas detrás de Quanera Hayes, madre también de un niño de 2 años, y una centésima por delante de Wadeline Jonathas. “Lo que tenía bien claro es que iba a dejarlo todo hasta llegar a la meta», aclaró Felix.
VELOZ DESDE HACE DOS DÉCADAS
La travesía de Felix en el atletismo ha tenido todo tipo de desafíos desde que irrumpió hace dos décadas como la nueva gran velocista de Estados Unidos.
Entre ellas las complicaciones del parto de Camryn, su hija de dos años, que tuvo que pasar tiempo en una unidad de cuidados intensivos tras el nacimiento.. También se abocó en una cruzada por las mujeres en el atletismo, muchas de ellas que son olvidadas por los patrocinadores tras un embarazo.
La pandemia de Covid-19 también alteró sus planes, al restarle un año cuando en este punto de su carrera cada día cuenta. Felix tuvo que improvisar afuera de su casa, con el entrenador Bobby Kersee midiendo las distancias en la calle para que pudiera entrenar tras el cierre de las pistas y gimnasios.
“Mi primer año, después de volver a competir, fue un suplicio, siempre con un inconveniente», indicó Felix. “La guerra con los patrocinadores y diciéndome ‘que algo me salga bien’. Seguí peleando. Quería tener una última oportunidad”.
Lo que hizo más especial la noche del domingo fue celebrar con Hayes, quien trajo a su hijo Demetrius, y se lo presentó a una de las velocistas más grandes de la historia. “Le he dado las grandes por ser la persona que es y nunca rendirse», explicó Hayes. “Haber logrado esto junto a ella, como una madre, lo hace más especial”.
AJS vía AP
Foto: Allyson Felix, con su hijita Camryn, festeja nueva participación en JJOO