La comida rápida es atractiva por la rapidez con la que se prepara, su precio y la rapidez con la que puede ser consumida.
Sin embargo este tipo de alimentos tiene una gran cantidad de calorías, grasas saturadas, sal y azúcares.
Además, también son platos con una gran presencia de aditivos, como el glutamato monosódico que potencia el sabor o la tartracina que es un colorante alimentario.
Riesgos para la salud
La doctora Yoly Perez, Médico Ocupacional, dijo a El Informador Venezuela que son muchas las personas que desconocen los riesgos para la salud oral del consumo de este tipo de alimentos.
“Son muchos los riesgos que se corren al consumir este tipo de alimentos que no tienen el tiempo de preparación adecuada”, dijo.
“Estos puestos de comida rápida no cuentan con una fuente de agua potable. Allí por lo general el agua es almacenada en un tobo donde se lavan las manos, utensilios y alimentos que lo ameriten”, señaló.
Así mismo, la doctora Pérez enfatizó que “se debe tomar en cuenta que muchas veces las manos que preparan los alimentos son las mismas que atienden y reciben el pago, mano a mano”.
Alimentarse de esta manera recurrentemente provoca fatiga, riesgo de padecer depresión, riesgo de enfermedades cardiovasculares, daños hepáticos, entre otros.
El problema radica cuando la “comida chatarra” se convierte en la base de la alimentación de las personas que trabajan y disponen de poco tiempo para almorzar.
Douleydis Romero
Fotos: Ángel Zambrano