Latinoamérica condenó el martes ante la Asamblea General de las Naciones Unidas la falta de solidaridad en el mundo tras dejar a los países más pobres sin vacunas suficientes contra el COVID-19.
En sus discursos durante el debate global que se celebra cada septiembre el presidente colombiano Iván Duque denunció las “fallas del multilateralismo” para responder de manera equitativa a la pandemia y el mandatario chileno Sebastián Piñera habló del “triunfo” de la ciencia pero el “fracaso” de la política.
«En la ciencia prevaleció la cooperación, en la política el individualismo. En la ciencia reinó la información compartida, en la política la reserva», dijo Piñera durante un discurso pregrabado que se mostró en la sede de las Naciones Unidas.
Duque señaló que “las brechas existentes» entre las naciones respecto del proceso de vacunación “son inauditas”.
«Mientras que algunas naciones adquieren un número de dosis adicionales para seis o siete veces su población y anuncian terceras dosis de refuerzo, otras no han aplicado ni una sola dosis que les inyecte esperanza,” dijo el mandatario colombiano desde el podio de la Asamblea General.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, realizó la misma crítica en su discurso.
“La solidaridad brilla por su ausencia justo cuando más la necesitamos”, dijo.
Guterres agregó que la mayoría de los países ricos del mundo tiene acceso a la vacuna mientras que un 90% de los africanos aún esperan su primera dosis.
“Es una acusación moral al estado de nuestro mundo. Es una obscenidad,” dijo Guterres ante los mandatarios y funcionarios de alto nivel presentes. “Hemos aprobado el examen científico pero nos hemos ganado una F en ética”.
Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, habló sobre su defensa de “medidas tempranas de tratamiento” para el COVID-19. Bolsonaro, quien contrajo el virus el año pasado, promovió en su momento la hidroxicloroquina, un fármaco antipalúdico, como tratamiento para el coronavirus. La eficacia del medicamento para este virus aún no se ha demostrado.
“No podemos entender por qué varios países, junto a un gran número de medios de comunicación, criticaron medidas tempranas de tratamiento”, dijo Bolsonaro sin mencionar el nombre del medicamento. “Ciertamente se rendirán cuentas ante la historia y la ciencia”.
Tal y como ocurre cada año, Brasil es el primer país en hablar en el debate anual de la Asamblea General. Poco después le sigue el presidente estadounidense. Este año a Duque le tocó estar entre los primeros.
Los discursos, algunos pregrabados días antes debido a la pandemia, sirven para que cada mandatario dé su mensaje al mundo.
Duque, Piñera, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso, el peruano Pedro Castillo y el guatemalteco Alejandro Giammattei son algunos de los mandatarios latinoamericanos que participan en la Asamblea de forma presencial.
Por otro lado, Duque hizo en su discurso un “llamado global” para llegar a un consenso liderado por el Fondo Monetario Internacional y los bancos multilaterales para que establezcan nuevos criterios de riesgo mínimo fiscal.
“Son muchos los países emergentes que ante la pandemia han aumentado su endeudamiento y su déficit fiscal… y hoy son evaluados por calificadoras de riesgo con ojos y criterios pre pandémicos”, explicó Duque.
Colombia es uno de esos países: recientemente las calificadoras de riesgo Standard & Poor’s y Fitch Ratings le quitaron el grado de inversión tras las multitudinarias protestas antigubernamentales que presionaron para que el gobierno desistiera de una reforma fiscal.
El mandatario colombiano pidió además que los países del mundo contribuyan a un fondo que ayuda a Colombia a lidiar con la masiva migración de venezolanos que salieron de su país natal y se han establecido en su país. Colombia está desarrollando un Estatus de Protección Temporal para más de 1,2 millones de migrantes venezolanos.
“Asumimos este reto sin ser un país rico y con un enorme costo fiscal”, dijo Duque. “Esta situación requiere que, a través de las mesas de donantes establecidas, se movilicen los desembolsos de los compromisos de la comunidad mundial”.
Bolsonaro también habló de migración venezolana: dijo que su país ya ha recibido a 400.000 venezolanos “desplazados por la severa crisis, política y económica, provocada por la dictadura bolivariana”