El cáncer de cuello uterino es la segunda causa de mortalidad en las mujeres. Sin embargo, es una enfermedad que se puede prevenir. En Venezuela contamos con la tecnología que permite a los pacientes tener un tratamiento efectivo, con una mayor respuesta, minimizando los síntomas secundarios.
Las mujeres sexualmente activas, en un rango de edad de 25 a 45 años están más expuestas a contraer cáncer de cuello uterino. No necesariamente sucede porque la mujer sea promiscua. La infección del virus del VPH puede ser transmitida por una persona con múltiples parejas. El tabaquismo, es el segundo factor de riesgo asociado a este tipo de cáncer.
La información la suministran los doctores Giuseppe Figurelli y Luisa Suárez, oncólogos radioterapeutas del Centro Diagnóstico Docente, CDD Las Mercedes, dirigido por el Dr. Wilson Mourad, médico especialista en vías digestivas y cuyo centro está orientado a tener la mejor tecnología de punta en América Latina con resultados exitosos en el tratamiento del cáncer.
Los especialistas señalan que existen dos tipos principales de cáncer de cuello uterino. Sin embargo, el que prevalece en nuestro país es el cáncer epidermoide, que está presente en el 90 por ciento de las pacientes. “Se forma en el epitelio externo, y su agente más importante es el VPH. En el epitelio interno, aparecen los adenocarcinomas, relacionados al cigarrillo u otros agentes químicos”, explican los voceros.
Afirman que el VPH se manifiesta con lesiones en el cuello uterino, en forma de coliflor. No son detectables por la paciente por no presentar síntomas aparentes y solo pueden ser visibles durante un examen ginecológico.
Procedimientos, tratamientos y sus avances
En Venezuela existe un protocolo establecido para el cáncer de cuello uterino, como lo explican los especialistas del CDD las Mercedes. “Se sabe que su respuesta es muy buena y hay una cura radical del mismo, en estadios tempranos (I – II). Generalmente, existen opciones de tratamientos que va desde una cotización (extracción) muy pequeña del sitio donde está la lesión“ en estadios precoces y con pacientes que desean tener hijos, hasta una Histerectomía Radical que pueden ir o no con tratamiento coadyuvante, como la radioterapia o la quimioterapia”, dicen Suárez y Figurelli.
En otros casos, con lesiones más grandes (Estadios Avanzados), lo más recomendable y como parte del protocolo nacional es hacer un tratamiento radical con radioterapia y quimioterapia en conjunto, con una respuesta mayor 80 al por ciento de efectividad. “Los resultados son excelentes para el cáncer de cuello uterino, exceptuando pacientes con una lesión que ha escapado del sitio (Estadio IV), y tienen un pronóstico más reservado”.
En el cáncer de cuello uterino, explican, que los tiempos son muy importantes para garantizar el éxito de los tratamientos. “Si el procedimiento excede las 10 semanas, disminuye el nivel de respuesta y control del paciente”.
¿Cuál es el tratamiento que se está aplicando en el país?
“Nuestro centro tiene una innovación, que es la fusión de imágenes de alta calidad, como la resonancia magnética con contraste, en la que se realiza la tomografía o PET/CT de simulación que nos permite delinear o delimitar con precisión el cuello uterino y sus áreas a riesgo. Al observar con más exactitud, se tiene la capacidad de disminuir la exposición de los tejidos sanos y retirarlos del área de radiación para tener menos complicaciones a futuro y con una mayor dosis al tejido tumoral, por lo que se pueden realizar tratamientos largos”, puntualizan los doctores Suárez y Figurelli.
Detallan que cuentan con un equipo de profesionales muy amplio que engloba especialistas que realizan la simulación, técnicos de radioterapia, radiólogos, físicos médicos que son los que nos ayudan a hacer los cálculos de las dosis para los tratamientos y los médicos radioterapeutas oncólogos”.
No obstante, estos especialistas, aseguran que la continuación del tratamiento después de la radioterapia externa, debe ser los implantes de cuello uterino o braquiterapia. Esto no es más que la colocación de una semilla radioactiva, en contacto con el tejido tumoral que permite el control de la enfermedad al aumentar la dosis de radiación al tumor. En algunos Centros que cuenten con tecnología de fusión de imágenes, estas pacientes pudieran continuar el tratamiento con radioterapia externa.
Finalizan explicando que esta enfermedad se puede prevenir con un control ginecológico anual, además de la educación necesaria, con el uso de los métodos de barrera durante sus prácticas sexuales. “Los estratos sociales de escasos recursos, en el mayor de los casos, quedan expuestos, al carecer de información y no realizar su chequeo anual”.
Artículo original de Sol Comunicaciones
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