Debido a la pandemia por COVID-19 los planteles educativos en Venezuela, permanecieron sin actividades presenciales por casi dos años, y con ello obviamente disminuyeron las relaciones interpersonales dentro de las escuelas.
El inicio del retorno a las aulas de forma progresiva para los estudiantes de primaria y bachillerato se realizó desde el pasado 25 de octubre.
La falta de interacción social puede ser un detonante que genere depresión en los niños y adolescentes. Sobre el particular la psicóloga Tachy Osorio que “la ausencia de contacto social, la falta de habilidades sociales y de recreación si pueden afectar el crecimiento evolutivo emocional y mental. Es necesario que se den estas actividades y que no estén sustentadas bajo carencias, miedos, o sobreprotección”.
Osorio señaló que la interacción social en los niños y adolescentes es sumamente importante porque promueve habilidades como la empatía, solidaridad y tolerancia a la frustración. Acotó además “que se debe revisar cómo se está manejando el proceso de la ausencia de clases, porque no necesariamente esto puede ser la raíz de una depresión. La depresión puede ser circunstancial y/o endógena”.
Los síntomas que se pueden identificar son el aislamiento, nerviosismo, ansiedad. “Puede haber bruxismo, algunas personas se pueden comer las uñas. Algunos querrán comer excesivamente, otros padecerán de inestabilidad en el sueño, irritabilidad o conductas agresivas”.
Los ambientes hostiles, padres ausentes, maltrato físico y psicológico pueden agravar la depresión en los niños y adolescentes.
En ese sentido, la especialista resaltó que los padres deben atender de su salud mental de sus hijos, para así detectar a tiempo cambios en la conducta. Asimismo, indicó la importancia de poseer una comunicación asertiva, actuar con empatía para ponerse en lugar de sus hijos.
Con Información de Crónica Uno