En Venezuela, entre los meses de agosto y septiembre, se incrementó ampliamente el robo (o atraco, como se le conoce popularmente), tanto a personas como a comercios, y los entendidos suponen que ello se debe a la abundante dolarización del circulante en efectivo en todo el país.
Y, como es lógico suponer, a ello se suma en estos momentos el hecho de que está en pleno desarrollo, incluso desde este mismo mes, la época navideña, que, siempre, en situaciones buenas o en situaciones malas, tiende a ser celebrada de alguna manera por la gran mayoría de los venezolanos.
Y esa celebración, obviamente, incluye, aparte de gestos afectivos o familiares, obsequios, presentes y, sobre todo, el regalo del Niño Jesús.
En fin, todo eso ha hecho que, en estos últimos meses del año, tal como antes se indicó, el robo (atraco) haya sido el delito más producido –y también más productivo– en el país, incluso por encima de la cifra o del porcentaje de homicidios con relación al monto de los delitos en general.
Todo lo anterior se desprende de dos opiniones vertidas por igual número de abogados expertos en criminalística, cuales son Luis Izquiel y Fermín Mármol García, quienes, además, cuentan con una larga y destacada trayectoria en el foro penal venezolano.
De acuerdo con ambos letrados, el hecho de que ahora sea algo así como “rutinario” el que mucha gente –hombres y mujeres–, tal vez más de lo que se cree, porte consigo cantidades indeterminadas de dólares en físico, ha vuelto a hacer atractivo el robar a ciudadanos a mano armada.
-Y eso –apuntan los mencionados juristas— obviamente es lo que ha vuelto a llevar a la delincuencia a “reactivar” ese delito, que es, ahora mismo –recalcan–, el que más pingües ganancias en dinero en efectivo está dejando.
También lo atracos a establecimientos
Explican que los dos abogados que, en Caracas, por ejemplo –“pero esa situación se da en buena parte del país en estos momentos”–, son ya también muchos los establecimientos comerciales que han sido atracados por antisociales, que no disimulan su apetito por los dólares, incluso hasta preguntándoles a los mismos propietarios que “dónde los tienen…”
También han sido objeto de estos robos (atracos) muchos pasajeros de busetas, algunos de ellos en plenas paradas.
Y esa situación se da –según Izquiel y Mármol García– “porque también los delincuentes saben que muchos pasajeros cargan alguna cantidad de dólares consigo”, “y dólares son dólares…”
–Es más: Ya muchos pasajeros se han acostumbrado a cancelar el costo del pasaje con sus dólares, y el transportista –o el colector– simplemente se limita a darles el vuelto, por supuesto, al cambio del dólar en ese momento.
Luego de abundantes detalles, los dos jurisconsultos expresan, además, su preocupación ante el hecho de que, en una buena cantidad de estos casos, las víctimas se abstienen de consignar denuncias formales, simplemente porque no tienen confianza en que sus casos se investiguen, y, más aún, en que se resuelvan o en que se dé con los responsables.
Y, mucho más allá, en que sus bienes sean recuperados y devuelto a ellos; es decir, a sus dueños.
-La idea es –precisaron finalmente los criminólogos- que la gente tenga mucho cuidado cuando lleve dinero consigo, y muy especialmente si son dólares, porque los delincuentes andan ahora mismo ojo avizor en busca de potenciales víctimas a las que puedan despojar de unos cuantos dólares en “un rápido operativo” de robo; es decir, de atraco.
Reinaldo Gómez