La CONMEBOL plantó un árbol simbólico en la calurosa Doha, donde tiempo atrás parecía imposible que se pudiera albergar un Mundial de fútbol, como una demostración de que está dispuesta a pelar duro para que Sudamérica organice la Copa del Mundo en 2030.
“Si pudimos plantar un árbol en el desierto, no hay dudas de que también podemos organizar la Copa del Mundo en 2030”, dijo Alejandro Domínguez, presidente de la entidad, durante la inauguración el lunes del “Tree of Dreams”, árbol de los sueños en español, que tiene grabado en su tronco a las diez asociaciones miembro y las firmas de sus leyendas, como Diego Maradona y Pelé.
“Primero empieza la semilla, después las raíces, después el tronco y después la copa, literalmente», describió el dirigente.
La escultura de seis metros de altura se encuentra ubicada en el barrio Msheireb de Doha, donde la CONMEBOL montó un complejo para que los aficionados de todo el mundo “conozcan la grandeza del fútbol sudamericano”, en palabras de Domínguez.
La iniciativa es parte de la campaña de promoción de la CONMEBOL por la candidatura conjunta de Argentina, Paraguay, Chile y Uruguay para albergar el Mundial 2030, que tiene especial valor porque se cumplirán 100 años del primer campeonato que se disputó precisamente en Sudamérica.
Domínguez dijo que el Árbol de los Sueños “es un llamado a las autoridades de la FIFA a que instalen el concepto que uno, después de 100 años, tiene que hacer algo diferente, volver a las raíces y honrar la memoria de los pioneros. La FIFA es lo que es hoy gracias a lo que empezó hace 100 años, casualmente en Sudamérica”.
La primera Copa Mundial de Fútbol se celebró en Uruguay en julio de 1930 con la participación de 13 selecciones. Los uruguayos superaron 4-2 a Argentina en la final jugada en el estadio Centenario de Montevideo y se convirtieron en campeones del primer evento organizado sólo por la FIFA.
Los otros aspirantes a organizar el Mundial del centenario son España y Portugal. En tanto que Arabia Saudí está trabajando en una propuesta conjunta con Grecia y Egipto. La mayoría de los aspirantes probablemente cuenten con mejor infraestructura y recursos que los países sudamericanos.
“Cuando se jugaba con pelota de cuero cocida a mano y ni siquiera tenían uniforme, nunca se hubieran imaginado en lo que se convirtió el Mundial. La propia FIFA tiene la obligación de honrar esa memoria”, insistió Domínguez.
“Es legítimo que España y Portugal se planteen ser sede, no obstante sigo creyendo que va a haber más tiempo para otros países, pero 2030 es único, son 100 años y nos parece justo que la fiesta vuelva a casa”, remarcó el presidente de CONMEBOL.
La FIFA tomará la decisión sobre las próximas sedes mundialistas en 2024 en un congreso que reunirá a sus 201 federaciones miembro.
Luego del Mundial de Qatar de este año, la Copa del Mundo de 2026 tendrá lugar en Canadá, Estados Unidos y México.