El presidente Guillermo Lasso anunció el martes una reducción gradual trimestral del impuesto a la salida de divisas para llegar a una disminución del 1% al cierre del 2022, en un intento de cumplir una de sus promesas de campaña tras reclamos de empresarios, al tiempo en que reaccionó con firmeza ante la amenaza de protestas indígenas en contra de su política económica en enero.
El mandatario informó desde el palacio de gobierno que la reducción trimestral será de 0,25% de ese impuesto y aseguró que “le ha hecho mucho daño” al país porque ha sido un obstáculo para el ingreso de capitales externos.
Explicó que esa reducción “tenemos que hacerlo de manera gradual para no impactar las finanzas públicas”, y expresó que espera compensar las cuentas mediante una mayor recaudación a través del aumento de la productividad interna derivada de estímulos como créditos más baratos para empresarios.
El sector empresarial comenzó a tener una reacción positiva.
“Abogamos porque exista un desmonte, una disminución gradual de este impuesto y que de esa manera podamos tener mayor liquidez en el sector privado para generar mayor empleo”, dijo Pablo Zambrano, presidente de la Federación Nacional de Cámaras de Industrias
Este impuesto fue creado el año 2008, inicialmente de 0,5%, por el expresidente Rafael Correa con la intención de frenar la salida de divisas, pero progresivamente ha ido subiendo hasta llegar al nivel actual del 5%. En el 2020 se recaudaron 960 millones de dólares por ese concepto, pero entre enero y noviembre de este año llegó a 1.025 millones de dólares.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas, la mayor de su tipo, anunció esta semana que en enero emprendería movilizaciones y protestas, entre otras razones, para exigir la reducción de los precios de los combustibles y en oposición de la política extractiva y minera del gobierno.
Ante ello, Lasso dijo que respeta a todas las organizaciones sociales y sindicales. “Mi mano está extendida para el diálogo, para la búsqueda de acuerdos”, aseguró el mandatario, aunque fustigó al máximo dirigente indígena, Leonidas Iza.
“Es un anarquista, odia a la democracia, odia la institucionalidad de Ecuador”, afirmó y aseveró que “hay que enfrentarlo (a Iza) con la Constitución y la ley en la mano, diciéndole claramente que esas actitudes anárquicas contravienen la Constitución y las disposiciones legales». Advirtió que si interrumpe servicios públicos o ahonda la crisis del país terminará “con sus huesos en la cárcel”.
Iza fue protagonista de 11 días de violentas protestas en octubre del 2019 para rechazar la suba de los precios de los combustibles, en manifestaciones que derivaron en la virtual paralización del país, el saqueo de comercios y la destrucción e incendio del edificios públicos.
Lasso, un banquero de derecha, llegó el poder a finales de mayo y ha dicho que está empeñado en ordenar la economía y las finanzas públicas.
AP