El jefe de la ONU, Antonio Guterres, llamó a «evitar la violencia» en Venezuela poco antes de reunirse este viernes con el canciller Jorge Arreaza, y de recibir el jueves al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, reseñó AFP.
«Este llamado fuerte a evitar la violencia» es transmitido tanto en privado como en público por el secretario general de Naciones Unidas, que está «preocupado» por la evolución de la situación, dijo su portavoz, Stéphane Dujarric, a la prensa.
Apoyado por Washington, Juan Guaidó prometió que la ayuda humanitaria extranjera solicitada por él entrará este sábado a Venezuela «sí o sí».
Apoyado por Rusia y China, Nicolás Maduro niega que exista una crisis humanitaria en el país, rechaza la ayuda y asegura que ésta es el inicio de una acción militar para derrocarlo.
Guterres accedió a los pedidos de reunión de Pompeo y Arreaza, pero resiste a las presiones para tomar partido, y se ha limitado a ofrecer sus buenos oficios para alcanzar una solución negociada a la crisis.
«El secretario general hace lo que puede», dijo su portavoz, dando a entender que su margen de maniobra es reducido.
Guterres ha rechazado también toda «politización» de la ayuda humanitaria y se ha reunidos dos veces veces con Arreaza desde comienzos de febrero.
«La ayuda humanitaria debe ser utilizada de manera imparcial (…) y sin objetivo militar», insistió Dujarric, deplorando el saldo fatal del incidente ocurrido entre el ejército venezolano y miembros de la etnia Pemón, en la frontera con Brasil.
En el Consejo de Seguridad de la ONU aguardan discusión dos proyectos de resolución sobre Venezuela presentados a inicios de febrero, uno por Estados Unidos (EEUU) y otro por Rusia. Ninguno de los dos miembros permanentes del Consejo ha llamado aún a votación.
El proyecto estadounidense llama a facilitar una ayuda humanitaria internacional y a organizar elecciones presidenciales en Venezuela. Presionado por el plazo límite impuesto por Guaidó para la entrada de la ayuda humanitaria estadounidense el sábado, Estados Unidos podría acelerar una votación aunque corre el riesgo de sufrir un veto ruso, estimó un diplomático.
El proyecto de Rusia denuncia las amenazas de uso de la fuerza contra el gobierno de Maduro. Confrontado a una fuerte representación europea que apoya a Guaidó en el Consejo -Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Polonia-, el texto ruso no dispone de los nueve votos necesarios para ser adoptado.