Horacio Zabala: Betancourt es el único caudillo civil surgido de los partidos políticos en Venezuela < El Informador Venezuela
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Horacio Zabala: Betancourt es el único caudillo civil surgido de los partidos políticos en Venezuela

Horacio Zabala: Betancourt es el único caudillo civil surgido de los partidos políticos en Venezuela

Horacio Zabala: Betancourt es el único caudillo civil surgido de los partidos políticos en Venezuela

Para Horacio Zabala, ingeniero larense, historiador y dirigente nacional del partido Acción Democrática (AD), Rómulo Betancourt ha sido el único caudillo que ha surgido del seno de cualquier partido político en toda la historia republicana de Venezuela.

-Entendiendo el término “caudillo” –aseveró- como el jefe indiscutido de un numeroso sector, y hasta de un sector mayoritario,  de un  pueblo durante mucho tiempo.

Zabala emitió tal apreciación al pronunciar la conferencia de fono en el día de hoy, en un acto efectuado en “La Pochocha”, la casa central de AD en el Estado Lara, acto que estuvo encabezado por el abogado Roberto Sánchez, secretario general seccional de la tolda blanca en el Estado Lara.

Dicho acto se realizó con ocasión de estarse cumpliendo hoy los 112 años del natalicio en Guatire, Estado Miranda, del desaparecido líder fundador de AD, y al que muchos consideran como el padre de la democracia venezolana.

Igualmente hablaron allí mismo los también dirigentes adeístas José Felipe D’Apollo, Filis Peña, Miguel Parra y Reinaldo Vásquez.

-Pero la gran diferencia de Betancourt con los caudillos civiles  tradicionales de América Latina –apuntó el disertante- fue la de que él privilegió todo el tiempo el fuero civil, es decir, la autoridad civil, por encima del fuero militar, como debe ser, y como ha sido, en todos los países avanzados del mundo, incluyendo las potencias occidentales.

Aseveró luego que Betancourt tuvo durante toda su vida varias características que lo identificaban plenamente, de las que  resaltó tres de ellas.

-En primer lugar, una honestidad a toda prueba, al extremo de que, en 1964, salió de la presidencia más pobre que cuando recibió el poder, cosa que puede ser incluso comprobada en su declaración jurada de bienes tanto al inicio como al final de su período constitucional.

-En segundo lugar, un olfato y una visión de futuro casi infalibles, por cuanto, ya en 1936, tras la muerte del dictador Juan Vicente Gómez, él se dio cuenta, antes que los otros líderes de ese momento, de que, en Venezuela, el futuro era, al menos para ese momento, de los partidos políticos, y a eso se dedicó: A organizar, casa por casa, un partido político con verdadera vocación de poder, algo que finalmente logró con el paso de los años, pero gracias a ese tesón y a esa voluntad de trabajo político de que siempre hizo gala.

-Y, en tercer lugar, una gigantesca capacidad organizativa, al extremo de que la misma llegaba hasta el último rincón del país. Así, en cualquier barrio, caserío o pueblito del país, podía no  haber escuela, podía no haber medicatura, pero lo que no faltaban era la iglesia con su casa parroquial, un puesto de policía, un botiquín de mala muerte y la casa de AD.

DOS GESTOS DE GRANDEZA

Recordó Zabala que, a su juicio, entre las muchas virtudes políticas y ciudadanas de Betancourt, hay dos gestos de grandeza que destacan por encima de casi todos, “y que, por cierto, no mucha gente conoce”.

Una de ellas, apuntó, fue la de que, en el acta constitutiva de la Junta Revolucionaria de Gobierno, redactada, no el 18, sino el 19 de octubre de 1.945, se incluyó, obviamente que a instancias suyas, o mejor dicho, por orden de él, una cláusula en la que los siete integrantes de dicho gobierno colegiado, incluyéndolo a él, por supuesto, se autoinhibían de presentarse como candidatos a cualquier cargo electivo en cualquiera de los procesos electorales inmediatos que sobrevendrían a posteriori.

Y, la segunda, refirió, fue cuando, en el año 1.973, y a propósito de haber pasado ya los 10 años posteriores a haber él entregado la presidencia, declinó ser candidato presidencial de su partido, que era casi como renunciar a volver a ser presidente del país, porque, según él mismo lo expresó –palabras más, palabras menos-, ello era casi como admitir que en Venezuela no había otros líderes y otras mentes con capacidad para dirigir al país.

-Y eso –recalcó con énfasis-, en una época en que ahora casi todos los gobernantes latinoamericanos, sean del talante político o ideológico que sea, quieren gobernar toda la vida, incluso hasta con la creación de miniclanes familiares, cobra una vigencia extraordinaria, y, sobre todo, sirve de ejemplo enorme de desprendimiento ante la juventud venezolana de ahora.

Reinaldo Gómez
Fotos: Cortesía Enzo Vassano

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