Cuando el “Iluminado de El Furrial”,se enteró que su jefe había solicitado un empréstito al Fondo Monetario Internacional, FMI, para auxiliar a los venezolanos infestados de coronavirus, sufrió un ataque fulminante de sialorrea. Los lectores, se servirán no alarmarse.Nadie ha muerto de oír, nada más,el nombre del vituperado y contrarrevolucionario, FMI.
Día-,gono-, bleno- , verbo-,pío-,malsonantes prefijos,al agregárseles el sufijo -rrea. Deletree, para que lo compruebe.Sobre todo, en pacientes como el susodicho.Por fortuna,la enfermedades menos grave que su sonoridad.La sialorrea, consiste en la salivación excesiva. Sin control, ni medida.Ollas y ollones de baba,le cuelgan al paciente desde las comisuras de la boca, hasta las solapas de sus ternos “LouisVuitton”, cortesía de cierto compinche.Esa babosería es producto de la ansiedad por engullirse – o zamparse-lo que más feliz hace a determinado sujeto: el posible enriquecimiento ilícito – en el caso que nos ocupa-con las importaciones, con dinero de FMI, de comida podrida para “socorrer” a los venezolanos infestados de coronavirus. Miti-miticon el colombiano,apellidado, Saab, prófugo de la justicia de su país, especialista en negociaciones que le provocan sialorrea, aguda,al procerato roboLucionario.
- ¡Tanto ruido por insignificantes, cinco mil millones de billetes verdes!Pero qué le vamos a hacer ¡De mosquito pa’ rriba to’ es cacería!¿A quién tenemos qué matar? ¡Corrijo! ¿Dónde tengo que firmar? ¿Ah?
“El Baboso”– por hoy, nada más,llamaremos así,al “Iluminado de El Furrial” -reaccionó, como un rayo, Montblanc en mano,enchapada en oro extraído de las entrañas de nuestro depredado Arco Minero y, por ende, tinto de sangre compatriota.
De poco o nada sirvió, que le explicasen que lo de la solicitud de préstamo al FMI, no era más que una pantomima. “¿A quién tengo que pedirle perdón -insistía una y otra vez- por haber insultado con el, “Mazo Dando”, al FMI, al Banco Mundial?¡Si debo arrastrármeles a Almagro, al Sindicato de Limpiabotas del Pie Zurdo, a la Bachelet, me sacrifico por la Patria!”. El hombre de solo imaginárselo,agarraba otra de sus tronas morales y sentimentales.
El narcodesgobiernoRoboLucionario, es impresentable. Financieramente, sus cuentas no cuadran o inexisten. Peor aún, en los baremos de democracia, respeto a los derechos humanos, servicios elementales a sus ciudadanos,pero sobre todo, por la merecida fama de corruptos, de quienes lo presiden. Ningún organismo multilateral medianamente, serio los quiere. Ni de lejos, mucho menos cerca.Incluidos el referido “Baboso” y su jefe.
Con la solicitud al FMI, como días antes, a la Organización Mundial de la Salud, OMS, para que mediara ante Colombia – ¿Mediar a nombre de ustedes? y le dieron con la puerta en las narices- la narcosatrapía lo único que persigue son chivos expiatorios. No es la primera vez:La oligarquía colombiana, Donald Trump, Guaidó, “La extinción de las tortugas de Madagascar”, Bolsonaro, “El fenómeno del Niño”, la “Iguana de Corpoelec. Producidas las sonoras trompetillas de los dos entes multilaterales mencionados ¡Misión cumplida!En lo adelante, ¡Culpables, el FMI y la OMS, de la indefensión de los venezolanos ante el coronavirus!
Pese a todo, el “Baboso de El Furrial”, es un impenitente optimista “¿Y si la rana echa pelos?” “¿Y si,al final,nos otorgan esos cinco mil milloncejos?” se preguntaba, a sí, mismo, para darse ánimos.
Y ahí, le sobrevino otro ataque de sialorrea.