De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las más recientes estadísticas muestran que entre los tipos de cáncer, actualmente el de mama es el más detectado, con 2,3 millones de diagnósticos en 2020.
Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario de Elche, en España, indica que esto obedece principalmente a “una conjunción de diversos factores”.
Destaca, por un lado, “un mayor diagnóstico por las técnicas de cribado poblacional”, y por otro, factores sociales como el envejecimiento de la población, el retraso de la maternidad, la menor lactancia materna, el no tener descendencia, tomar la píldora anticonceptiva, tener la primera menstruación a una edad temprana, y una menopausia más tardía”.
También señala la “obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol y las dietas inadecuadas”, que han jugado un papel relevante.
En el reciente informe de la OMS la incidencia “está creciendo rápidamente en Sudamérica, África y Asia, así como en Japón y Corea del Sur”, regiones donde tradicionalmente ha sido baja.
Algunos autores han dicho que este crecimiento se debe a los cambios sociales como la incorporación de estas mujeres al mundo laboral, que les obliga a retrasar el embarazo y a reducir la actividad física.
Mortalidad
Por otra parte, las cifras de mortalidad son cada vez más bajas. La tasa de supervivencia global es 85,5 % a los cinco años del diagnóstico de este tumor, dijo la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC).
Aproximadamente una de cada ocho mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida.
Este tipo de cáncer es el que más ensayos clínicos genera, y la mayoría de los estudios van enfocados a mejorar los tratamientos, que varían principalmente en función del subtipo de cáncer de mama.
La detección precoz es de lo más urgente
“Deberíamos poder diagnosticar los tumores antes, porque sabemos que la oportunidad de curación de las pacientes es cuando la enfermedad se diagnostica localizada”, aseguró Cristina Saura, jefa de la unidad de cáncer de mama del Departamento de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d’Hebron (VHIO)
De momento, la principal forma de detección precoz del cáncer hasta la fecha sigue siendo la mamografía que, según Rodríguez-Lescure, “ha demostrado reducir la mortalidad hasta 40 % en mujeres de 50 a 69 años”.
Sin embargo, en los últimos años la eficacia de esta prueba de diagnóstico se ha puesto en entredicho, y los expertos afirman que la reducción de mortalidad que produce es insuficiente.
En este sentido, invierten tiempo y dinero en buscar una prueba eficaz de screening, para la población en general, especialmente pacientes que ya han pasado la enfermedad./SYGA
Foto: Getty Images