Hacía tanto calor el verano pasado en Kuwait que los pájaros caían muertos del cielo, algo que pareciera díficil de creer..
Los caballitos de mar fallecían en las aguas calientes de la bahía. Las rocas estaban llenas de almejas muertas, con las conchas abiertas, como si hubiesen sido cocinadas al vapor.
Las temperaturas llegaron a los 53,2 grados Celsius (127,7 Fahrenheit), haciendo de Kuwait una de las regiones más calurosas de todo el planeta.
El cambio climático plantea peligros existenciales en el mundo. Pero las olas de calor en Kuwait son tan severas que mucha gente las considera insoportables. Científicos creen que quienes salgan a la calle podrían correr peligro de muerte por el calor hacia fin de siglo. Un estudio reciente indicó que el 67% de las muertes asociadas con el calor en la capital de Kuwait estuvieron relacionadas con el cambio climático.
A pesar de ello, Kuwait sigue siendo uno de los principales productores y exportadores de petróleo, y sigue contaminando el ambiente. Sumido en una parálisis política, guardó silencio cuando los petroestados de la región se unieron a las naciones que fijaron objetivos para eliminar las emisiones –aunque no reducir las exportaciones de petróleo– en la antesala de la cumbre climática de las Naciones Unidas del año pasado en Glasgow.
Por el contrario, el primer ministro de Kuwait insistió en una vieja promesa de reducir las emisiones tan solo un 7,4% para el 2035.
Foto: AP