Este jueves, el último escollo legislativo con su aprobación por la cámara alta del Parlamento, dio luz verde al plan de la canciller alemana Angela Merkel de aplicar un “freno de emergencia” en zonas con altas tasas de contagio, con restricciones uniformes en zonas de rápida transmisión del coronavirus.
Las medidas incluyen un toque de queda de las 10 de la noche a las 5 de la mañana, el elemento más controvertido. Las medidas se aplicarían en zonas donde se registren más de 100 casos nuevos por cada 100.000 habitantes durante tres días consecutivos. Si la tasa supera los 165, las escuelas pasarán a la enseñanza remota.
La cámara, en la que tienen representación los 16 estados, podría haber demorado el plan al exigir renegociaciones, pero permitió su aprobación. El presidente Frank-Walter Steinmeier firmó la ley, que entrará en vigencia en los próximos días.
“No falta mucho para el verano” y se debe “lograr la diferencia decisiva mediante la vacunación”, dijo el ministro de Salud, Jens Spahn. “Pero para eso, necesitamos medidas ya para detener la ola (de infecciones) y ésa es la finalidad de esta ley”.
Varios gobernadores estatales expresaron su disgusto, defendieron su manejo de la crisis, destacaron las posibles dificultades institucionales y sostuvieron que serviría poco para dar una respuesta más coherente a la pandemia. Optaron por no reclamar renegociaciones, las que demorarían, pero no impedirían la sanción de la ley.
La tasa nacional era de 161 casos por cada 100.000 habitantes el jueves, aunque con amplias variaciones regionales. La campaña de vacunación tuvo un comienzo lento, pero se ha acelerado y el 21,6% de la población ha recibido la primera dosis.