Pastor Bastidas es un trabajador que ha dedicado parte de su vida al arte de la Talabartería. Trabajo que ha ido en decandencia por la situación actual de Venezuela por lo que recibir un pago justo por cada pieza, resulta ser un reto.
Bastidas, quien espera clientes a diario en la puerta de su taller, conversó con el El Informador Venezuela sobre esta realidad y explicó que «últimamente llegan pocos clientes, más o menos 5 personas a diario y lo que más me traen para arreglar son cierres, también carteras para pintar».
Aunque las personas prefieren arreglar sus prendas, bolsos o maletas, que comprar uno nuevo debido a los altos precios, en su mayoría no pagan lo que pide el talabartero.
«Yo puedo pedir lo que yo considero que vale mi trabajo, ponte que por una maleta pida 10.000 bolívares pero me dan lo que quieren» dice, Pastor.
El trabajador, resalta que anteriormente llegaban muchas personas pidiendo arreglar sus maletas pero que actualmente, llega una al mes.
Eliagnis Mora
Foto: Angel Zambrano