Cinco activistas defensores de la democracia y los derechos humanos han sido acusados en Zimbabue de intentar derrocar al presidente de ese país de África del Sur, Emmerson Mnangagwa, informaron hoy sus abogados.
Los acusados -George Makoni, Tatenda Mombeyarara, Gamuchirai Mukura, Nyasha Mpahlo y Farirai Gumbonzvanda- fueron detenidos esta semana a su llegada al aeropuerto internacional Robert Mugabe de Harare tras un viaje a Europa.
La organización Abogados de Zimbabue para los Derechos Humanos (ZLHR), que representa a los cinco, afirmó en un comunicado que la policía alega que los activistas recibieron entrenamiento “sobre cómo manejar armas pequeñas y evitar la detención durante unos disturbios, así como sobre contraespionaje y actos de terrorismo”, destaca el portal La Vanguardia.
Los acusados asistieron a un taller organizado por el Centro de Estrategia y Acciones Aplicadas No Violentas (CANVAS), con sede en Belgrado, cuya web señala que entrena a activistas de todo el mundo en “resistencia no violenta para promover los derechos humanos y la democracia”.
Sin embargo, la policía de Zimbabue sostiene que recibieron entrenamiento sobre “cómo movilizar a ciudadanos para ponerlos en contra del Gobierno e implicarse en actos de desobediencia civil”, según los abogados.
Las detenciones se produjeron después de que el diario estatal “The Herald” publicara el pasado sábado una información que aseguraba que activistas de cinco ONG locales habían recibido preparación en el extranjero e “instigarían caos en junio”.
Al menos una de las organizaciones citadas en el artículo, la Academia de Mujeres para el Liderazgo y Excelencia Política, tildó la información de falsa y amenazó con emprender acciones legales.
Las acusaciones se producen en un ambiente de descontento social por las penurias económicas que sufre la mayoría de la población en el país, después de que el Gobierno de Mnangagwa aumentara este martes el precio del combustible en más del 40 %.
En los últimos meses, la movilización civil y la ira han aumentado en este país africano a causa de la escasez de dinero en efectivo y de combustible, así como por la subida desorbitada de los precios (la inflación anual alcanzó en abril más del 75 %).
En enero pasado, el hastío se tradujo en violentas protestas en la capital de Harare y otras ciudades, en las que murieron al menos 17 personas en enfrentamientos con el ejército y la policía.